FALLAN GRANDES MEDIOS INFORMATIVOS: NO AYUDAN
A HACER EFECTIVO EL DERECHO A LA INFORMACIÓN
MAXIMILIANO CASTILLO R.
En lo que sería simplemente anecdótico, si un fuera grave socialmente, ahora que los medios informativos de circulación nacional y sus periodistas disponen de la mayor libertad de los últimos 109 años para informar y analizar, no cumplen con esta su obligación profesional, porque distorsionaron su pauta de comportamiento.
La Constitución del país otorga a los mexicanos el derecho a estar bien y oportunamente informados, y obliga a las instituciones a proporcionar información suficiente sobre sus actividades y resultados, pero en el primer los medios informativos impresos, electrónicos y digitales no cumplen su parte. No privilegian la concreción del citado derecho constitucional.
Ahora que disponen de la mayor libertad para informar y analizar la realidad nacional, desde el magnicidio de don Francisco I. Madero, casi todos están empeñados en trabajar para recuperar sus privilegios perdidos al finalizar el sexenio de Enrique Peña Nieto, para lo cual desinforman y presentan un tétrico panorama general del país, atribuido a las acciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, lo cual impide a los mexicanos estar bien informados.
Como ejemplo de esa perversión de una noble y de importancia estratégica actividad están los casos de las grandes obras de infraestructura para el desarrollo económico del país, minimizadas o puestas como pruebas de que el gobierno federal está trabajando mal o no trabaja.
En la política informativa y analítica de los medios de cobertura nacional no existen las obras de construcción del Tren Maya, la refinería Dos Bocas, el tren interoceánico, el Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles”, los sistemas de riego en Sonora y Nayarit, el aeropuerto de Tulum, ni el programa de reforestación de un millón de hectáreas.
Tampoco existen los programas sociales que benefician directamente a 25 millones de familias, especialmente a los grupos vulnerables, ni la lucha para erradicar la corrupción y la inseguridad pública e impunidad. Si se parte de cuanto difunden los medios informativos puede llegarse a la errónea conclusión de que el gobierno está cruzado de manos, sin hacer nada en materia de salud, educación y bienestar.
La misma presentación de la estrategia de seguridad como un fracaso, apoyada en los delitos de alto impacto, como las masacres entre células del crimen organizado, se desatiende de las estadísticas que muestran una reducción del número de delitos de los fueros federal y común, como resultado de la coordinación y colaboración de los de los gobiernos federal, estatales y municipales.
Ocultan igualmente a lectores, televidentes y radioescuchas que 85 por ciento de los delitos denunciados son del fuero común y que prevenirlos, perseguir y castigar a los culpables es obligación de los gobiernos estatales, no del federal, y ocultan igualmente que pueden criticar, mentir, desinformar, calumniar y hasta insultar al mandatario federal, sin temor a represalias. Y aun así, le dicen que casi dictador. Es lamentable que no se informe con ética, responsabilidad y se critique a partir de hechos verificados.