*Desde hace meses la cadena de supermercados aparece como la más carera.
De la redacción
La cadena de tiendas de autoservicio Soriana es la más carera de todas sus competidoras. Y así es “balconeada” desde hace varios meses por la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO).
El titular del organismo, Ricardo Sheffield Padilla, rinde un informe sobre el comportamiento de los precios de las gasolinas, gas, canasta de productos básicos, inclusive de los cobros de comisiones por las remesas, se refiere a los precios de las mercancías de consumo general en los grandes establecimientos comerciales.
La información es resultado de investigaciones del personal de la Procuraduría Federal del Consumidor y abarca todas las zonas urbanas de la República.
Por eso la información sobe Soriana no está sujeta a discusión. En todas las ciudades es la que más caro vende, mientras las centrales de abasto son las que expenden productos más baratos.
La diferencia entre Soriana y las centrales de abasto en algunas regiones del país rebasa el 20 por ciento en los 31 productos de consumo general que incluye la muestra y son los consumidos por las clases populares.
OPONEN GASERAS RESISTENCIA A VERIFICACIÓN
Sheffield Padilla informó que empresas gaseras oponen resistencia a las verificaciones de sus sistemas de medición, inclusive en ocasiones no permiten las taras de los verificadores.
En este tema las gaseras mexiquenses destacan por su negativa a las revisiones, y hace unas semanas sólo se registraron tres casos en todo el país de distribuidoras de gas que no permitieron la verificación. Y los tres casos correspondieron al Estado de México, específicamente del Valle Cuautitlán-Texcoco.
Uno fue en Tultitlán, otro en Tecámac y Huehuetoca, y en todos los casos las compañías fueron multadas y se reprogramaron las visitas de verificación, que se cumplirá con el apoyo de la Guardia Nacional.
La PROFECO da a conocer cada lunes en las conferencias mañaneras del presidente de la República los resultados de su programa de verificación de precios y exhibe a quienes abusan de sus clientes, para inducir una especie de rechazo a los careros, con lo que se conoce como el poder del consumidor; es decir, no comprando donde venden caro.
