
*Más de 60 municipios mexiquenses con problemas limítrofes con sus vecinos.
De la redacción
Cientos de miles de mexiquenses padecen los efectos de la indefinición de límites entre sus demarcaciones municipales y sus vecinos, en un problema grave, del cual el de Ecatepec con Acolman es el que involucra a más colonos.
Los problemas consisten particularmente en la desatención de las necesidades de servicios básicos de quienes habitan suelo cuya pertenencia a un municipio o a la demarcación vecina no está definida, como lo dio a conocer la diputada local Beatriz García Villegas.
Las dificultades de este tipo perjudican a áreas urbanas, porque están altamente pobladas, aunque los territorios cuya pertenencia a las municipalidades no está definida, sean pequeñas.
También municipios rurales enfrentan la misma situación, pero en estos casos las poblaciones involucradas no son numerosas porque aunque las superficies en disputas sean extensas, no están muy pobladas.
El conflicto entre Ecatepec y Acolman, de acuerdo con la información manejada por las comisiones legislativas de Recursos Hidráulicos y de Límites Territoriales del Estado de México y Municipios, es por 469 hectáreas, en números redondos, de las cuales 52 hectáreas están en expropiaciones.
Más de 30 mil personas se asientan en esa extensión territorial, y por no estar definida su pertenencia a Ecatepec o Acolman, sufren por servicios básicos deficientes o inexistentes.
Las autoridades de ambas demarcaciones no los atienden. No invierten en la dotación de esos servicios o no les dan mantenimiento a la infraestructura de los mismos, precisamente, porque no tienen certeza jurídica sobre su propiedad de esos territorios.
En las casi 470 hectáreas que reclaman como suyas los gobiernos de Ecatepec y Acolman se ubican las colonias Prados de San Juan, Pirules, San Rafael, Guerrero, La Laguna y una parte de la colonia Lázaro Cárdenas, detalló la diputada local García Villegas, impulsora de acciones legislativas para resolver el problema.
En el pasado se dieron casos paradójicos, en los cuales los gobiernos de municipios vecinos intentaban cobrarles el Impuesto Predial a las familias que ocupaban lotes en las zonas de conflictos limítrofes, pero ninguno quería encargarse de dotarlos de servicios como agua potable, drenaje y electrificación.
En algunos casos ha legado a estallar la violencia, como en el problema limítrofe de Capulhuac y Ocoyoacac, cuyas autoridades reclaman como de sus demarcaciones tierras pobladas y de cultivo, en una situación que se presenta en cerca de 65 municipios.