*El mercado de las criptomonedas, proclive a especulaciones cíclicas.
Gabriel L. Villalta
Se reventó la burbuja especulativa que había llevado a las nubles el valor de las criptomonedas. El Bitcoin, que durante 2021 alcanzó un valor superior a los 68 mil dólares, se desplomó por debajo de los 34 mil al cierre de la segunda quincena de mayo de 2022.
Luna, una criptomoneda asociada con TerraUSD, considerada “estable” porque sigue la cotización del dólar, perdió todo su valor, al pasar de 100 a cero dólares en unas cuantas horas, a pesar del esfuerzo multimillonario de sus inversionistas por estabilizarla.
No deja de llamar la atención que los promotores de estas herramientas financieras justifiquen este colapso ligando a su valor con el comportamiento del mercado de valores, particularmente con las acciones tecnológicas; sin embargo, las criptomonedas se comercializan en mercados no regulados, no son medios oficiales de pago y son activos virtuales.
De hecho, en sus comienzos, fueron promocionadas como alternativas de “inversión” para protegerse de los riesgos asociados con los mercados financieros tradicionales. Seguramente las criptomonedas recuperarán su valor, lo han hecho en otras ocasiones, para caer nuevamente, en un ciclo que vuelve millonarios a unos y deja en la quiebra a otros.
