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Caras Vemos… No Sabemos

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CARAS VEMOS… NO SABEMOS

AUGUSTO LOZANO ROBLES

Siempre resulta socialmente útil cuando, por aspiraciones y aun ambiciones de poder, los políticos en calidad de gobernantes trabajan y ofrecen buenos resultados a la población. Desde esta perspectiva, si el gobernador Alfredo del Mazo trabaja con honestidad y eficacia, para ser factor determinante en el futuro de su partido y hasta candidato presidencial en el 2024, como ya le hacen creer con sus cantos las “sirenas mercenarias”, sería positivo. No obstante, sus condiciones de gobernante y las del PRI son radicalmente distintas y contrarias a las del 2009, cuando desde la gubernatura Enrique Peña Nieto construyó con un alto costo presupuestal (aún desconocido) su candidatura presidencial. En las próximas ediciones de “El Espectador” iremos exponiendo esas diferencias, pero por ahora apuntaremos las primeras: en 2010 el PRI tenía 237 diputados federales y llegó al 2012 con 21 gobernadores. Ahora, en la próxima legislatura federal, si llega a 70 curules serán muchas. Y tiene sólo 4 gubernaturas: Estado de México, Coahuila, Oaxaca e Hidalgo. Como puede verse, el escenario político-electoral-institucional del país no es alentador para del Mazo Maza… Las coaliciones y partidos políticos que participaron en los procesos electorales en el Estado de México (en fase de calificación) no muestran el mínimo interés en efectuar una autocrítica de su desempeño, triunfos y derrotas. En el caso del PRI y del PAN, además de que no pudieron ganar la mayoría absoluta legislativa, deberían examinar el costo que pagarán en el futuro por haberse aliado sin consultar a sus respectivas militancias; sobre todo, porque bases y cuadros importantes consideran que ese costo no puede medirse en número de posiciones ganadas y perdidas, sino en términos del ánimo de los afiliados… Fue un error del presidente López Obrador ponerse a hablar de su sucesión, porque puede provocar división en Morena y pugnas entre interesados en la candidatura presidencial del 2024, con efectos negativos en el trabajo de equipo. Y no se le ven los beneficios de esa precipitación… La periodista Carmen Aristegui no ha logrado alcanzar los niveles de audiencia y televidentes que tuvo en los dos últimos sexenios, y que la convirtieron en referente en el periodismo nacional, reprimida por Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, por su periodismo valiente, de denuncia y crítica. Sufrió igualmente la hostilidad de los medios informativos y periodistas famosos, quienes ahora “defienden” la libertad de expresión. Ese reconocimiento ya no es igual. Los especialistas atribuyen su situación a dos factores: las 4 horas de su programa de noticias que pasa por “La Octava”, canal del Grupo Radio Centro, que para llenar ese tiempo presenta entrevistas muy extensas, que cansan a sus seguidores; y la diversidad de noticieros críticos al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, por lo que su posición combativa no sobresale entre tantos “golpeadores” del mandatario, de Morena y la 4T. Antes casi no tenía competencia en su crítica; ahora, abundan, aunque sea por intereses mercenarios… El PRD y el PT no ganaron un sólo distrito electoral federal en el Estado de México en donde compitieron al margen de las coaliciones que integraron. Eso no gusta a cuadros de Morena, PRI y PAN…

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