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Gestionando la Entrega de la Plaza – Jairo A. Tell

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GESTIONANDO LA ENTREGA DE LA PLAZA.

Jairo A. Tell

Pareciera que en el PRI del Estado de México se apresta a entregar la plaza a las huestes de MORENA. Esta aseveración surge de los escándalos atribuibles a Alejandro Moreno Cárdenas “Alito”, sujeto a investigación por la actual gobernadora Layda Sansores y por la tibieza con que operan sus dirigentes estatales. En estas circunstancias, el panorama se torna gris para el tricolor debido a que deberá necesariamente ceder espacios de poder al PAN y en mínima parte al PRD. Sin duda la creciente inconformidad de maestros y burócratas amenaza seriamente con hacer abortar los planes de la cúpula para mantener el principal bastión del tricolor.

El asunto del quebranto del ISSEMYM y la falta de transparencia en el manejo de sus recursos se ha convertido en la piedrita en el zapato para la administración de Alfredo del Mazo quien parece no entender que Bertha Alicia Casado Medina es en gran parte responsable de la creciente inconformidad de los servidores al servicio del estado. Por otra parte hay la sospecha de que la danza de los millones ha hecho acto de presencia para evitar a toda costa que se involucre a miembros del PRIAN-PRD, como Eruviel Ávila, Miguel Ángel Mancera, Miguel Ángel Osorio Chong y los propios dirigentes Marko Cortes y Alito Moreno. Para la cúpula de esos partidos lo importante es ir por el “hueso” a costa de quien sea y de lo que sea. Los partidos que componen “Va por México” desaprovecharon la oportunidad histórica de refundarse y reconvertirse en una verdadera fuerza opositora, que velara por los intereses del pueblo.

Estos partidos, lejos de aprender de sus errores, convirtieron lo que se antojaba como una contienda interesante, en un ínfimo espectáculo circense superando incluso a los bodrios proyectados en la pantalla chica por las cadenas nacionales de televisión. Otra asignatura pendiente es la falta de atención de verdad a los más necesitados, no como el “salario rosa” que poco o nada ayuda a la economía familiar y cuyo uso es netamente clientelar. Alguna vez habrá de escribirse una nueva página en la historia, de cómo las decisiones tomadas acabaron sepultando a los otrora partidos de mayorías y a la vez catapultaron a otros actores políticos que antaño fueron menospreciados, ninguneados y vilipendiados. Las llamadas bases o estructuras, conocidas coloquialmente como “la militancia” durante mucho tiempo ignorada, hoy tiene en sus manos  “el garbanzo de a libra” para sacudirse de una vez por todas al lastre que representa la cúpula en los distintos institutos políticos. Claro esta, si es que la cúpula de sus respectivos partidos se los permite.

Uno de los errores garrafales de estos partidos es sin duda aliarse con empresarios de dudosa reputación, desprestigiadísimos comunicadores, pseudoperiodistas y pseudointelectuales; también pudiésemos nombrar como error el aliarse con la autoridad electoral en un claro intento por torcer la ley y la voluntad del electorado. El ataque sistemático al ejecutivo de la nación, les ha propinado serios reveses por su falta de conocimiento, imaginación y creatividad. Olvidaron que su lucha inicial termino con la elección de AMLO en el 2018 y que debieran apuntar sus baterías en los contendientes por Morena a las gubernaturas y que por ahora les llevan una ventaja considerable, mientras que sus candidatos son verdaderos adalides e iconos de la impunidad y a cada paso que dan se destapa invariablemente una cloaca.

 En otro orden de ideas, un caso emblemático  y muy suigeneris es el de Ricardo Monreal quien en distintas ocasiones se ha convertido en la piedrita en el zapato para la 4T. No es raro que empiece a amagar con abandonar las filas de morena y abanderar al PRIAN-RD, con miras a la elección del 2024. No obstante Monreal es ya un cartucho quemado que ha pagado las consecuencias de su insurrección. Se le olvida, que su ascenso y encumbramiento se lo debe a Andrés Manuel López Obrador, también olvida que no cuenta con el carisma ni el respaldo popular como el tabasqueño. Ni hablar, así las cosas.

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