De la Redacción
Cuadros priistas locales temen que en las cúpulas nacionales del PRI y del PAN se haya pactado entregar la candidatura para gobernador mexiquense al panismo estatal, porque el partido blanquiazul le otorgó la postulación al tricolor en Durango, que era gobierno allá, como lo es aquí el PRI.
En esa entidad, de manera sorpresiva, el PAN aceptó entregarle la gubernatura al PRI, y los sospechosistas mexiquenses creen que fue un acuerdo para que el panismo ponga al candidato en el Estado de México el próximo año; es decir, le devolverá el favor, pero a cambio de las aspiraciones de los cuadros del PRI estatal, interesados e interesadas en la postulación.
Parece exagerada la preocupación, pero en las alianzas todo puede suceder. En esto, los más dados a la conspiración, aseguran incluso que la candidatura de Hidalgo habría pasado también como pago adelantado por la mexiquense, por su puesto, sin consultarlo con los cuadros locales.
Claro está que, sin duda, existe la posibilidad de que el PAN simplemente haya sido generoso y de verdad desinteresado en estos procesos, y que su único y auténtico interés era que el PRI se alzara con el gobierno de Durango, ya que se sabía que al menos Hidalgo y Oaxaca eran casos perdidos.
¿ELECCIONES DE ESTADO?
En el mismo tema de las elecciones del domingo, llamó mucho la atención un comentario insistente de la alianza “Va por México”, acusando que se trataba de ‘elecciones de estado’, cuando en las seis entidades gobernaban los partidos de esa coalición y sus autoridades eran quienes podían intervenir ilegalmente en los procesos comiciales y también recibir apoyo de la delincuencia organizada, con quien convive y convivieron varios sexenios.