De la Redacción
Siguen las dificultades para vender el avión presidencial que compró Felipe Calderón Hinojosa en el último tramo de su sexenio, pero que no alcanzó a estrenar, porque lo entregaron cuando ya estaba Enrique Peña Nieto en la presidencia de la República.
La lujosa aeronave, con capacidad para vuelos intercontinentales sin necesidad de escalas para reabastecerse de combustible, no encuentra compradores en el mundo, precisamente por los lujos extremos y el reacondionamientos absurdos, que exigieron retirar las dos terceras partes de los asientos, por lo que ni a las líneas aéreas les resultaría rentable su compra.
Tan sólo para guardarlo se construyó un hangar que costó mil 200 millones de pesos, con serias sospechas de que el costo se infló cerca del ciento por ciento. Lo curioso es que los opositores del mandatario lo culpan por no poderlo venderlo, cuando deberían criticar a Felipe Calderón Hinojosa por comprarlo y a Enrique Peña Nieto, por usarlo.
No obstante, aprovechan la falta de compradores del avión citado para atacar al presidente López Obrador, que ni lo compró, ni lo usó y quiere deshacerse de la aeronave porque sale costoso su mantenimiento, aun que no se utilice.