*Intervino en el proceso electoral, para no ir a prisión. *Mandatarios narcos.
De la redacción
El triunfo del candidato de Morena y aliados a gobernador de Tamaulipas, Américo Villareal Anaya, fue el resultado que más temía el gobernador panista saliente, Francisco García Cabeza de Vaca.
Desaforado por la Cámara de Diputados Federal, con acusaciones de delitos graves, incluso con una orden de aprehensión por los mismos, el mandatario tamaulipeco agravó más su posición y futuro, porque hizo campaña en contra de quien lo relevará en el cargo, y a quien acusó de tener vínculos con la delincuencia organizada.
Es decir, le atribuyó los delitos por los cuales él tiene orden de captura, que no se ha cumplido por el fuero del cual goza y se lo otorgó la Legislatura Local, cuando era dominada por el PAN.
Su desesperación y temor por quedar sin fuero y susceptible de ser aprehendido cuando termine su período en unos meses más lo condujo a agraviar a quien lo relevará en el cargo, y ahora su destino quedará en manos de un adversario político, a quien calumnió y hostigó, confiando en que al final ganaría su candidato.
Impuso a la alianza PAN-PRI-PRD la postulación de César Veréstegui, apodado “El truko”, quien fue su secretario general de Gobierno y le garantizaba protección e impunidad, pero fue derrotado y ahora García Cabeza de Vaca agravó su situación jurídica-penal.
ANTECEDENTES DE GOBERNADORES NARCOS
La sospecha de que Cabeza de Vaca se enriqueció hasta el exceso por sus vínculos con narcotraficantes se robustece por el encarcelamiento de los exgobernadores Eugenio Hernández y Tomás Yarrington, por haberse enriquecido con su participación en los carteles de las drogas.
Tamaulipas tiene desde hace tiempo fuerte presencia de la delincuencia organizada, desde los tiempos de Juan García Ábrego, quien fue máximo mando del “Cartel del Golfo”, que después tuvo como brazo armado a los “Zetas”, que se separaron y enfrentaron a sus anteriores patrones.
Un candidato del PRI a gobernador de Tamaulipas, Alfredo Torre Cantú fue ejecutado por narcotraficantes días antes de la elección del 2010, prueba de que no es irresponsable la sospecha que pesa sobre García Cabeza de Vaca.
