De la Redacción
La ultraderecha empresarial, sus medios informativos -y aquellos bajo su patrocinio- y los columnistas a su servicio protegen a Ricardo Monreal. Nunca lo critican y le dan espacios para expresar opiniones pues lo prefieren como candidato y presidente de la República de Morena, pues ven casi imposible que gane uno o una de “Va por México”.
Consideran al zacatecano como sometible, como alguien quien les devolvería sus privilegios, a menos los aquellos que no fueron suprimidos de la Constitución, como los contratos con el sector público, con excesivos sobreprecios, las concesiones diversas y otros beneficios a los cuales se acostumbraron a partir del inicio de este siglo.
Esos mismos columnistas y analistas, por otra parte, tratan de inducir al mismo tiempo en Marcelo Ebrard una posición radical, explotando alguna inconformidad si no es postulado por Morena para a la presidencia de la República; es decir, buscan logra que abandone a ese partido y se postule por los de oposición.
Coinciden en aconsejarlo en el sentido de que no tendrá caso seguir en el morenismo si lo marginan, y que si eso sucede debe ir como candidato de la oposición, porque de otra forma ya no tendrá futuro político e institucional. Amarran navajas, dicho de otra forma.