De la Redacción
Cuando asuman su cargo los gobernadores electos en las elecciones de este año, el Estado de México quedará como una mancha priísta en medio de mandatarios y madatarias morenistas. De las entidades limítrofes con la mexiquense, sólo Querétaro no está en manos de Morena, pero tampoco es priista: es panista desde hace varios sexenios.
En cambio, todos los otros estados vecinos del Estado de México estarán en poder del morenismo: Puebla, Tlaxacala, Morelos, Guerrero, Michoacán e Hidalgo. Esta última entidad federativa nunca en su historia de la etapa posrevolucionaria había sido gobernada por algún partido distinto al PRI, como lo será ahora en unas semanas más.
En el caso de la capital del país, Ciudad de México, por décadas ha sido el principal bastión de la izquierda progresista y no ha regresado a ser gobernada por el PRI, partido que nunca ha dejado de ser gobierno en el Estado de México.
La entidad mexiquense es la única que no ha vivido la alternancia en el centro del país.