GUBERNATURA ¿PARA QUÉ?
GRAN DIFUSIÓN DE NOMBRES PARA CANDIDATO(A),
PERO SIN REFLEXIÓN SOBRE PROBLEMAS DEL EDO
Partidos, coaliciones de partidos y personajes interesados en la candidatura para titular del Poder Ejecutivo del Estado de México despliegan una intensa y anticipada actividad de fortalecimiento organizativo y de sus posibilidades de triunfo. Por ahora la lucha es entre correligionarios, pero también trabajan para la jornada de votación del primer domingo de junio del próximo año; es decir, para dentro de 11 meses.
Esas contiendas internas no oficiales incluyen intentos abiertos o velados de descalificar a los correligionarios y correligionarias competidores, pero como lo expresa uno de nuestros colaboradores estrellas, “eluden lo que debe ser el tema central de la lucha por la gubernatura”, como si la posición política e institucional de mayor peso en el Estado se diera en el vacío y no en un contexto político, económico, social y territorial específico y delicado.
Por la forma cómo se manejan en los medios informativos y por los trabajos preparatorios para el proceso electoral más importante a escala estatal, da la impresión de que todo gira en torno a la conservación o conquista del Poder Ejecutivo, sin reflexionar sobre para qué buscan los partidos y coaliciones mantener o alcanzar la gubernatura, sin más, como si los numerosos, grandes y graves problemas estatales no existieran.
Las condiciones económicas y sociales; sobre todo, la inseguridad pública con su alta incidencia delictiva, violencia en la perpetración de los delito, impunidad y corrupción en los sistemas de seguridad pública, procuración y administración de justicia, exigen una intenso y extenso debate y profundo diagnóstico, para conocer la dimensión de la problemática, que debe incluir al terrible crecimiento y expansión de la pobreza y la pavorosa desigualdad en la distribución del ingreso estatal.
Esta realidad no puede ignorarse, ni dejar de examinarse en tiempos preelectorales, pero se está ignorando por los partidos políticos, los medios informativos, la academia, las organizaciones de profesionales, la sociedad civil y los propios interesados en el cargo. Los economistas no revisan las condiciones económicas y generales del Estado de México. Guardan absoluto silencio.
Los colegios y asociaciones de abogados, por ejemplo, nada dicen sobre la obsolescencia del marco constitucional y legal del Estado, como si todo estuviera bien y no urgieran adecuaciones, actualizaciones y aportaciones de especialistas para dejar al día la Constitución y las leyes secundarias.
Se efectuó ya un parlamento abierto sobre estos asuntos, pero la mayoría de los participantes dejó la impresión de que sólo buscaba el lucimiento personal y apersonarse con los poderosos en turno, no aportar de verdad al análisis y discusión de los problemas y las propuestas para resolverlos. Nada cambió.
Partidos y aspirantes a las postulaciones para la gubernatura deben informar para qué buscan la gubernatura y, sobre todo, de qué forma y con qué colaboradores piensan resolver los problemas enumerados. No lo están haciendo, desafortunadamente para los mexiquenses.