De la Redacción
En cuestión de energías limpias, en realidad debería ser México quien exija a Estados Unidos que deje de contaminar la región de Norteamérica, por su excesivo uso de carbón y procesos productivos contaminantes en forma brutal, y no al revés, como está ocurriendo con la queja por presuntamente violar nuestro reglas del TEC-MEC, especialmente por producir energías sucias. (Ya se sabe que en el fondo buscan privilegios para sus empresas que operan en México en ese sector).
Datos de organismos mundiales especializados en el cambio climático revelan esta realidad y ni siquiera cabe la comparación. Estados Unidos lanza a la atmósfera 13.68 toneladas de dióxido de carbono al año por habitante; México, apenas 0.18 toneladas en el mismo lapso. Y aun así tiene la desfachatez de criticar a México por presuntamente utilizar energías “sucias”, cuando aquí casi no se utiliza carbón en la generación de electricidad y allá, sí.
Por cierto, la ultraderecha empresarial, la derecha partidista, los grandes medios informativos y voceros del conjunto de esos intereses se regocijan por el anuncio de Estados Unidos y Canadá de que revisarán el tema de las empresas de ambos países del sector eléctrico que operan en México, cuando deberían reaccionar en sentido contrario, si de verdad les importaran los intereses del país.