*Entre 2011 y 2019 la deuda pública de 65 países creció el 18.0% de su PIB, en promedio.
Gabriel L. Villalta
El Banco Mundial (BM) afirmó que “todas las crisis de deuda comienzan con advertencias ignoradas y terminan con limitaciones graves a la inversión en educación, salud e infraestructura, entre otras cosas”, las cuales “provocan descontento social y colapso del Gobierno, generando un retroceso duradero de las perspectivas de crecimiento del país afectado”.
Añadió que, consecuencia de la pandemia de COVID-19, la deuda mundial se ha disparado, y la elevada inflación, el aumento de las tasas de interés y la desaceleración del crecimiento han preparado el terreno para crisis financieras como las que destrozaron numerosas economías en desarrollo a principios de la década de 1980.
“Pero sería un error culpar a la pandemia si se produjesen esas crisis”. Las semillas se sembraron mucho antes de la COVID-19, advirtió.
Según el análisis de una muestra de 65 países en desarrollo, entre 2011 y 2019 la deuda pública aumentó en promedio un 18.0% del PIB. De acuerdo con el BM, en esas 65 economías (incluyendo a México) los déficits primarios sostenidos fueron el principal factor que impulsó la deuda pública.
Simplemente, estos países gastaban por encima de sus posibilidades y, peor aún, se endeudaron con créditos caros para pagar gasto corriente como el salario de servidores públicos.