De la Redacción
Ahora sí el ex presidente Enrique Peña Nieto tiene en contra investigaciones específicas por enriquecimiento ilícito, evasión fiscal, lavado de dinero y otros delitos por los cuales la Fiscalía General de la República (FGR) le abrió carpetas de investigación, como lo informó oficialmente esa institución. Las denuncias fueron presentadas por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y la Secretaría de la Función Pública.
Esta situación compromete al ex mandatario, pero a pesar de las descomunales sumas de miles de millones de pesos involucradas en las maniobras para obtener beneficios personales ni él ni sus familiares y empresarios coludidos enfrentarán riesgo alguno de ir a prisión, en caso de que les encuentren delitos, porque todos se engloban en lo que se conoce genéricamente como corrupción, y esas conductas no eran consideradas graves, ni merecían prisión preventiva oficiosa cuando se habrían cometido.
La tipificación de delitos graves se hizo en este gobierno, con reformas constitucionales en las cuales también se estableció como delitos graves a los electorales, y como lo sabe cualquier alumno de los primeros semestres de la licenciatura de derecho, las leyes no pueden aplicarse en forma retroactiva.
De cualquier modo, las investigaciones vuelven a asociar el nombre del político mexiquense con la corrupción, debilitando sus posibilidades de influir decisivamente en el nombre de quién postulará el PRI para elegir titular del Poder Ejecutivo estatal. También su nombre será aprovechado por Morena y sus aliados en las campañas por ese cargo. Lo pondrán como ejemplo de saqueo de fondos públicos.
