*También los operativos antidrogas y de desarme reportan pocos decomisos.
De la redacción
Mandos de fuerzas federales de seguridad que participan en los operativos destinados a decomisar drogas y armas en el Estado de México no encuentran explicación lógica a los pocos logros obtenidos en estos dos objetivos. Sospechan de información de policías a delincuentes sobre las acciones en su contra.
Las acciones llegan a involucrar a más de mil 500 elementos de los tres órdenes de gobierno, pero los decomisos de drogas y armas son insignificantes, comparados con los despliegues de los cuerpos de seguridad.
Otro fenómeno sospechoso es el de los vehículos robados, y tráileres cargados de mercancías que valen millones de pesos, pero en forma inexplicable son abandonados cuando los policías los ubican mediante el C-5 y se dirigen hacía las rutas que siguen los delincuentes.
En forma inexplicable los malhechores optan por dejar las unidades, lo cual se explica sólo por los avisos para que huyan. Sospechan de quienes manejan los sistemas que vigilan las cámaras de vigilancia en las zonas urbanas y carreteras.
La misma duda generan a fuerzas federales el que los decomisos de drogas y armas sean mínimos, a pesar de que se catean inmuebles denunciados por la ciudadanía como sitios de distribución de marihuana, cocaína, cristal y pastillas sicotrópicas al menudeo. Los narcomenudistas “limpian” los inmuebles, antes de que lleguen los policías, lo que sólo se explica por la información que reciben para que huyan. Las órdenes de cateo a “tienditas” o expendio de drogas indican que los jueces encontraron indicios de la presencia de drogas, pero éstas no se encuentran.
La captura de policías ministeriales y preventivos estatales robustece la certeza de que las instituciones de seguridad y procuración de justicias están infiltradas.
Esta situación ha motivado a legisladores locales a demandar una depuración o “limpia” de malos elementos tanto en la Secretaría de Seguridad, como de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM).