*Bandas criminales organizadas del narco también controlan tráfico de migrantes.
De la redacción
Las grandes y poderosas bandas organizadas dedicadas antes exclusivamente al trasiego de drogas a los Estados Unidos, especialmente cocaína de Colombia, no solo diversificaron sus actividades criminales al campo de las drogas de diseño, sino también al secuestro, la trata de personas y el tráfico de indocumentados.
Dos actividades delictivas que antes se desarrollaban por delincuentes individuales o pequeños grupos de malhechores: la trata de personas con fines de explotación sexual y el papel de “coyotes”, ahora están en manos de las bandas peligrosas y altamente organizadas, explicó Luis Gerardo Villanueva Torres, estudioso del tema.
Precisó que en este universo criminal, el Estado de México forma parte importante del engranaje del tráfico de personas indocumentadas o migrantes, un negocio altamente productivo y con casi total impunidad, porque las víctimas no lo denuncian al no estar en condiciones de hacerlo, por razones obvias.
En una bodega de Jilotepec fueron encontrados 248 indocumentados de Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Cuba. En el grupo había adultos mayores, mujeres y cuatro nuños de brazos, quienes habían pagado a los traficantes de migrantes por cruzarlos de México a territorio Estadounidense.
Villanueva Torres explicó que antes el cruce ilegal de personas a Estados Unidos corría por cuentas de los llamados “coyotes”, que cobran sumas moderadas, pero ahora ese tráfico lo controlan grupos criminales bien organizados, con dinero para operar y logística que se extiende a todos los países orígenes de los indocumentados.
También los cobros se incrementaron mucho, mediante pagos que hacen familiares que radican y trabajan en territorio estadounidense, mediante esquemas bien diseñados por los delincuentes organizados. Los parientes prestan dinero para cubrir las cuotas, y al ingresar y trabajar en Estados Unidos el familiar, paga el crédito.
El mecanismo coordinado abarca todas fases de la actividad delictiva, desde los enganchadores hasta los que hacen los cruces al territorio vecino. Y en este esquema el Estado de México, por su ubicación geográfica, cumple un estratégico papel como espacio para ocultar a los indocumentados, como se comprobó en Jilotepec. Además, en este caso la infraestructura para la logística estuvo fuera de la metrópoli del Valle de México, e indica que combinan espacios urbanos y semiurbanos mexiquenses para el tráfico de migrantes, reiteró Villanueva Torres.
Las actividades criminales de este tipo cuentan siempre y en todo lugar con protección de autoridades, como se vio en San Antonio, Texas. En especialmente de elementos de seguridad deshonestos. Y es bien sabido que los policías del Valle de México son de los más corruptos del país, concluyó el especialista.