Inicio Nacional Violencia Criminal del Fin de Semana Amerita Redefinir el Concepto de ‘Terrorismo’

Violencia Criminal del Fin de Semana Amerita Redefinir el Concepto de ‘Terrorismo’

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Foto: Archivo

De la Redacción

La definición de terrorismo tiene como componente principal la motivación política de los actos; sin esa intención, las acciones de violencia extrema no se considera terrorismo. No obstante, cuando se trata de agresiones criminales de la delincuencia organizada contra la población inocente también deberían tipificarse como terrorismo y castigarse como tal.

La muerte de 9 personas en Ciudad Juárez, Chihuahua, por la violencia homicida intencional contra inocentes es preocupante, porque las víctimas nada tenían que ver con la lucha sangrienta de bandas delictivas. En estos casos asesinaron a un menor y a un locutor y su equipo de apoyo en un enlace radiofónico para promover un evento relacionado con una radiodifusora y sus radioescuchas, del Paso, Texas.

No estaban transmitiendo siquiera información relacionada con un enfrentamiento en la cárcel de la ciudad entre dos grupos criminales, el cual arrojó dos presos muertos. Este acto sin precedente preocupa, pues nadie puede garantizar que no se repetirá en esa ciudad fronteriza o en otras zonas urbanas donde hay presencia de la delincuencia organizada.

Llama la atención que otra vez los graves acontecimientos hayan sido aprovechados con fines políticos de ataque a las autoridades federales y, en especial, al presidente López Obrador, y para nada se haya culpado a las autoridades estatales y municipales, que son las primeras responsables de prevenir y castigar los delitos.

Lo ocurrido indica que hace falta fortalecer la capacidad operativa de los fuerzas de seguridad local, como fue el compromiso desde el 2006, cuando Felipe Calderón Hinojosa sacó de sus cuarteles al Ejército para combatir a los narcotraficantes.

Se dijo entonces, y con razón, que las policías estatales y municipales carecían de la capacidad para enfrentar a grupos criminales organizados y que la prioridad sería el dotarlas de esa capacidad. A 16 años de ese compromiso, lo ocurrido en Chihuahua y Jalisco prueba que esa tarea de capacitación, adiestramiento y dotación de armas y tecnología no se cumplió.

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