*No falla el VAR, sino los árbitros y quienes operan el sistema en los estadios.
De la redacción
Como los portentosos avances del Internet y las redes sociales, cuyo uso de mala fe muchas veces los convierte en inventos negativos socialmente, así ocurre con el empleo del llamado VAR en el fútbol mexicano.
Ese recurso tecnológico es portentoso, con gran potencial para evitar errores de los árbitros, y ha sido equivocada la idea de que iba a quitar emoción a los partidos por su interrupción para consultar las pantallas.
Nada de eso ocurre; al contrario, parar los juegos para verificar una jugada clave dudosa, confiera más interés a las acciones de los futbolistas y hasta agrega atención de los aficionados en los estadios y entre quienes siguen los encuentro por televisión por conocer el desenlace del VAR.
No falla el sistema, sino los árbitros y quienes lo apoyan directamente con el seguimiento de los partidos y que, en no pocas ocasiones, no detectan lo que ocurre en jugadas claves de los encuentros.
El desempeño desacertado de unos y otros con frecuencia generan sospechas sobre las razones del mismo, y en muchas ocasiones arraiga la idea de que lo hacen deliberadamente para favorecer o beneficiar a determinados equipos.
No es el VAR el que falla, sino el cuerpo arbitral y quienes manejan las pantallas del sistema cuestionado; es decir, malas decisiones arbitrales ocurren a pesar del uso de este avance tecnológico, no por él.
Muchas veces los árbitros no revisan jugadas dudosas fuera del área o si las revisan se inclinan por anular un claro penal o sancionar uno que no ocurrió, pero no por el VAR, sino por fallas ciertas o pretendidas en la apreciación de las acciones o para beneficiar a un equipo, como lo hacían con mayor frecuencia cuando no se utilizaba esta tecnología del campo de la telecomunicación.
El torneo llegó ya de sus dos primeras terceras partes, y entra a la fase que más interesa a los aficionados al futbol en general y seguidores de equipos específicos, porque se deciden los puntos para calificar en formas directa a la liguilla, entrar al repechaje y también decidir a los que deben pagar multas por quedar en los tres últimos lugares, no del torneo, sino en el cociente de puntos obtenidos en las últimas competencias.
En estas condiciones, es necesario que quienes controlan el sistema en los estadios no dejen de avisarles a los árbitros cuando hay jugadas que pueden ser penales y no los marcan o cuando no lo son y los aplican, para que no se beneficie deliberadamente a unos equipos y se perjudique a otros, y luego se culpe al VAR.