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La Doble Moral y el Doble Discurso – Jairo A. Tell

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LA DOBLE MORAL Y EL DOBLE DISCURSO

Jairo A. Tell

¿Porque será, que uno de los pesados lastres que arrastra por generaciones el pueblo mexicano, es el de practicar una duplicidad de valores,  una doble moral y pobre doble discurso? Esto, porque una cosa es la que se dice y otra muy distinta la que se hace. La incongruencia hace acto de presencia a la menor provocación en todos los ámbitos y en todos los estratos de nuestra sociedad, las razones son múltiples; o debemos decir los pretextos para practicar una doble moral y manejar un doble discurso  que, aunque no es particular del mexicano, si parece ser inherente a su cultura. Ahí tenemos a Ricardo Monreal quien no se decide bien a bien a pasarse a engrosar las filas de la oposición. Pero ha ocasionado un gran daño a la democracia y poniendo en jaque al proyecto de la 4T. Ahí están también los casos de las senadoras del PRIANRD y miembros distinguidos de la oposición Lili Téllez, Kenia López Rabadán, y Xóchitl Gálvez, quienes son especialistas en montar shows mediáticos en el congreso y en sus respetivas participaciones en tribuna han manifestado su recalcitrante odio a López Obrador y a las acciones de gobierno. Pero no solo al titular del ejecutivo, navegan con bandera del feminismo y de preocupación por los más vulnerables pero en realidad odian y desprecian al pueblo pues en no pocas ocasiones han manifestado su racismo y clasismo.  Una postura muy negativa que no escapa al ojo público. Es evidente su repudio a las iniciativas presentadas por el ejecutivo nacional pero con un odio implícito que no les cabe en el cuerpo.

El porqué de la afirmación en torno a la doble moral y al doble discurso; es sin duda por encontrar frecuentemente a todos los actores de la vida social incurriendo en esta práctica tan denigrante, pero también tan cotidiana. Los llamados líderes de opinión y vacas sagradas del periodismo que a la menor provocación enseñan el cobre y no ocultan su tendencia ultraderechista, defendiendo a capa y espada lo indefendible y denostando u ocultando los logros del gobierno en turno. Ahí están los casos de Joaquín López Dóriga, Carlos Marín, Ciro Gómez Leyva, José Cárdenas, Raymundo Riva Palacio,  y otros pseudoperiodistas de medio pelo o “Payasos” incrustados en los medios. Es tiempo de definiciones dice López Obrador desde la palestra en la conferencia mañanera y que bien que algunos han manifestado abiertamente de qué lado están. Otros convertidos en verdaderos carroñeros, llámense diarios o revistas de alcance nacional e internacional, programas televisivos y radiofónicos Se requiere un cambio de mentalidad, no podemos seguir en esta dinámica: El padre de familia que reconviene al hijo, para que no diga malas palabras, que no mienta, que no fume o que no beba y hace exactamente lo contrario de lo que predica. El docente que durante su cátedra  enseña y refuerza los valores aprendidos en casa, pero que en tiempos electorales abandona dicha cátedra  haciendo a un lado su responsabilidad. El cura del pueblo que durante la homilía aconseja la caridad la sencillez y la humildad, y posee un carro del año y bienes materiales que contrasta con lo que predica. Casos Sandoval Iñiguez y Norberto Rivera. Las autoridades y cuerpos policíacos  que prometen combatir a la delincuencia pero son corruptas y forman parte a su vez de bandas del crimen organizado. Casos Genaro García Luna,  Luis Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño.

Los Diputados, Senadores, Gobernadores, Alcaldes, Ministros de la Corte y Magistrados que tienen la obligación de conocer la ley para actuar en consecuencia conforme a derecho y hacen exactamente lo contrario además de asignarse sueldos exorbitantes y bonos, sin cumplir sus promesas de campaña, ni desarrollar la función para la que fueron electos. El ejecutivo en los estados que no escapa a esta práctica, por todo aquello que se ha ventilado en los medios y dista mucho del discurso ofrecido, lo que ha creado desencanto y desconfianza  en las instituciones. Reflexionemos por un momento, ¿somos congruentes con lo que pensamos, decimos y hacemos?, si la respuesta es no, entonces no cabe duda que somos parte de la gran masa que practica una doble moral y un doble discurso, esto se llama: Hipocresía.

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