*Nadie hizo contrapeso a Claudia Sheinbaum, a Adán López o a Monreal.
De la redacción
Como efecto colateral no buscado, el quinto y penúltimo informe del gobernador Alfredo del Mazo Maza evidenció la ausencia de grandes cuadros nacionales del PRI, como para postularlos para la presidencia de la República en 2024.
La mañana del lunes de la semana pasada, en el patio principal de Palacio de Gobierno, el mandatario presentó una apretada síntesis del documento que momentos antes había enviado al Poder Legislativo.
Gobernante priista, el acto sirvió para que se lucieran y ocuparán los espacios y atención los aspirantes a la candidatura presidencial de Morena: Adán Augusto López, secretario de Gobernación; Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de la Ciudad de México; y hasta el senador Ricardo Monreal Ávila, más cercano ahora de “Va por México” que de Morena y la cuarta transformación.
En cambio, del tricolor sólo estuvieron su propio dirigente nacional incómodo, Alejandro Moreno Cárdenas; y la ex gobernadora tlaxcalteca, Beatriz Paredes Rangel. Por forma, debe ubicarse igualmente al gobernador del Mazo Maza.
El antes partido único y que en suelo mexiquense le regalaba votos a la oposición para que sus cuadros fueran diputados locales de representación proporcional y así simular que había democracia y pluralidad, ahora no tiene como fuertes prospectos para la candidatura presidencial más que a Paredes y “Alito”.
Un acto eminentemente priista y en Palacio de Gobierno estuvo desierto de grandes cuadros políticos propios a un año y 8 meses de una elección presidencial de importancia estratégica, porque definirá si se consolida la cuarta transformación o el PRI vuelve a Palacio Nacional, lo cual muy pocos consideran factibles..
La presencia de los cuadros nacionales morenistas en el Palacio de Gobierno aquí en Toluca, y de los dos prospectos tricolores para la candidatura presidencial es la evidencia de la comprometida situación política y electoral del priismo de cara al 2024 y también para lo del próximo año en suelo mexiquense.
De los prospectos morenistas, llamados irrespetuosamente “corcholatas”, sólo faltó Marcelo Ebrad, quien ese lunes estuvo muy ocupado atendiendo en la capital de la República al secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken.
