COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
CLAROS INTENTOS POR IRRITAR AL EJÉRCITO
La detención de un general brigadier y una orden de aprehensión contra otro mando castrense de la misma jerarquía, por su presunto involucramiento en la desaparición y posible muerte de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa, dio lugar a una campaña de ataques a la Secretará de Gobernación, específicamente al subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas Rodríguez, quien es también integrante de la comisión que busca esclarecer lo ocurrido en Iguala, Guerrero, el 26 de septiembre del 2014.
Muchos columnistas acusaron al funcionario de hacer campaña de desprestigio contra el Ejército y, al mismo tiempo, sugieren al mundo castrense actuar al respecto. En esto destaca Juan Ibarrola, quien siempre ha estado vinculado al Ejército y en un tiempo se le mencionó como sospechoso de trabajar para la CIA.
En su afán de congraciarse con altos mandos del instituto armado miente en el caso de Alejandro Encinas Rodríguez, al atribuirle que leva 8 años de calumnias al Ejército, lo cual es una falsedad, porque la mención a elementos del Ejército tiene poco tiempo y se difundió recientemente, en los informes de la Comisión de la Verdad, además de que Encinas Rodríguez no cumple 4 años como funcionario de la Secretaría de Gobernación, y la Comisión tiene todavía menos tiempo funcionando.
El plan de irritar a los altos mandos del Ejército contra las autoridades es evidente e irresponsable, y más porque en las investigaciones de la desaparición de los alumnos normalistas de Ayotzinapa no se investiga a las fuerzas armadas en su conjunto, que suman más de 200 mil elementos, sino a un grupo que pertenecía al Batallón 27 de Iguala, y de los cuales sólo están detenidos cuatro, incluyendo al general,que en aquel tiempo no tenía ese grado, sino el de coronel.
Los soldados, como los marinos, tienen un bien ganado respeto de la población, porque son los primeros en llegar a un sitio cuando hay desastres naturales o químicos, también distribuyen apoyos a damnificados y ahora con la pandemia de Covid-19, distribuyen vacunas y medicamentos, ello lo valora la sociedad en general y la parte beneficiada con sus actividades, en especial.
En estas condiciones, la investigación, órdenes de aprehensión y captura de unos pocos elementos castrenses no desprestigia a todos los integrantes del Ejército, ni la aplicación de la ley constituye una campaña de desprestigio, como lo aseguran quienes desean que las fuerzas armadas se irriten y no obedezcan a las autoridades civiles. Se olvidan que el presidente de la República es el jefe supremo de las fuerzas armadas, por lo que sus subordinados no pueden hacer campañas de desprestigio contra las mismas, como falsamente lo dicen muchos columnistas, como Juan Ibarrola.
También olvidan que los procesos penales tienen como finalidad determinar la culpabilidad o inocencia de un imputado, quien hasta antes de la sentencia son presuntos culpables, y que esta regla aplica para civiles y militares, y nadie debe ser castigado con cargos falsos, pero tampoco un culpable debe quedar impune.