*Malos partidos, pero buenos goles en la fase regular del torneo “Apertura”.
De la redacción
Gane quien gane el título del torneo “Apertura” de la Liga MX, las reglas de la competencia son absurdas, como lo prueba la situación de los equipos que fueron al repechaje para pasar a la liguilla. Al finalizar la fase regular, sólo 6 de los 18 equipos habían quedado sin posibilidades de ganar el título: San Luis, Mazatlán, Tijuana, Pumas, Atlas y Gallos. Los otros 12 podían, en teoría, ganar la competencia.
Lo absurdo es tan grande, que Juárez y Necaxa estuvieron en condiciones de aspirar al título, con una eficacia de sólo 39 por ciento en la búsqueda de puntos para calificar a la etapa en que se decide el título. Ambos lograron 19 de 51 puntos posibles.
Es decir, cualquier de esos clubes estuvo en posibilidades de ganar el repechaje, jugar la liguilla y eliminar al América, líder general del torneo, que consiguió 38 puntos; es decir, 76 por ciento del total en disputa.
Un aficionado inglés, alemán, italiano, español o francés no entendería cómo en México un equipo que queda en el lugar 12 de la tabla, con 19 de 51 puntos posibles, con 19 goles a favor y 26 en contra, puede ser campeón.
Los torneos de la Liga MX son surrealistas, porque sus torneos de 17 fecha, que no se conocen en Europa, se integran por tres torneos: el primero, con 17 fechas; el segundo, el del repechaje; y el tercero, el de la liguilla, en el que se decide qué club sale campeón.
El surrealismo no para ahí: los aficionados del equipo que obtiene un triunfo en la fecha 17 y se ubica al final en el sitio 12 de la tabla y entra al repechaje, lo festejan como si ya hubiera ganado la corona. No le reprochan el hecho de hacer un mal papel, cuya mejor prueba es ese lugar en la relación de posiciones.
MALOS PARTIDOS, BUENOS GOLES
En términos generales el torneo fue malo, como ya es costumbre. Tal vez la posibilidad de salir campeón aunque se califique en el lugar 12 de la tabla no estimula a los dueños de los clubes a invertir en buenos jugadores, ni en sus fuerzas básicas para formar nuevas figuras, que renueven al grupo de seleccionados que ya van de salida.
Por eso mismo la mayoría de los partidos fueron malos. Los rescatables, muy pocos, y un alto porcentaje de los jugadores volvió a probar que cobra, pero no es ciento por ciento profesional. Exhibieron las mismas deficiencias en la defensa, la media cancha y la delantera. Se salvan los porteros, aun los más goleados, porque evitaron todavía más.
Lo que sí, es digno de destacar son los buenos goles que se anotaron. Aun en partidos mal jugados. Muchas veces la manufactura de los tantos atenuó la mediocre calidad de los encuentros.