LOS GRANDES MEDIOS INFORMATIVOS YA TOMARON
PARTIDO EN LA DISPUTA POR LA NACIÓN: LO MUESTRAN
MAXIMILIANO CASTILLO R.
El presidente Andrés López Obrador con frecuencia recuerda que estos son tiempos de transformación, en los cuales los mexicanos deben definirse de qué lado están; es decir, si a favor de los cambios o por la vuelta a los tiempos cuando un reducido número de los dueños de la riqueza nacional “mandaban a los mandatarios”.
Entre quienes, a juicio del presidente, deben definirse están los medios informativos y los periodistas, lo cual molesta a éstos, porque insisten en su independencia frente al poder público y en su decisión de ejercer su libertad de expresión y expresar juicios críticos sobre la conducción del rumbo del país por parte del tabasqueño.
Esto último es cierto, porque nunca en más de un siglo, desde la “satanización” de don Francisco I. Madero los periodistas de los medios informativos de circulación nacional había gozado y ejercido tanto la libertad de expresión, así lo hagan como mecanismo para recuperar los privilegios que tuvieron hasta el 30 de noviembre del 2018 y que perdieron en el gobierno de López Obrador.
No se trató de los mismos privilegios de antes, que revestían la forma de condonación del pago del papel para los medios informativos impresos, publicidad, cuyos montos eran reducidos a comparación de los alcanzados en este siglo, el “apapacho” de los dueños de las empresas dueñas de periódicos por parte de los presidentes y algunos pequeños negocios.
Los privilegios que acumularon y perdieron ahora son los más de 10 mil millones de pesos de publicidad facturados al año, más un monto mayor sin factura; es decir, en efectivo, regalos de ranchos, mansiones, yates y aviones decomisadas a los grandes narcotraficante y contratos de obras públicas, de bienes y servicios con sobreprecios descomunales. Hasta servicio de seguridad privada les pagaba el gobierno.
El propio poder presidencial fortaleció a los dueños de periódicos, cadenas nacionales de radio y televisión, quienes desde el año 2000 ya no fueron subordinados a los intereses de los presidentes de la República, sino sometedores de los mandatarios, a los cuales pusieron al servicio de sus intereses y de los que representan y defienden, como lo son los de ultraderecha empresarial, dueña de la riqueza nacional.
En este escenario, los medios informativos y sus periodistas estrella, sin hacerlo expreso, ya tomaron partido: están en contra del presidente López Obrador, de la cuarta transformación y del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), y no por razones ideológicas, sino porque desean que fracasen los esfuerzos destinados a lograr cambios profundos, para que vuelvan quienes les dieron privilegios y se los devolverían si ganaran la presidencia de la República los partidos de la alianza “Va por México”.
Eso es fácil de verificar con sólo ver y escuchar cualquier día y hora los noticieros de radio y televisión, sus mesa de opinión, sus espació de reflexión que mienten, difaman, calumnian y hasta insultan al mandatario mexicano, quien no se ha percatado que dueños de medios informativos y periodistas no necesitaron que él les pidiera que se definieran: ya lo estaban.