*La ultraderecha internacional sigue con interés la contienda.
De la Redacción
Después de la renuncia de la primera ministra del Reino Unido, Liz Truss y del ascenso al poder de la ultraderecha en Italia, con Georgia Meloni, la atención mundial se centra ahora en la segunda vuelta de la elección presidencial de Brasil, que se efectuará el próximo fin de semana, en la cual participarán ya sólo el presidente Jair Bolsonaro, quien busca su reelección, y Luiz Inacio Lula da Silva, quien fuera ya presidente y hace 4 años lo encarcelaron con cargos falsos para evitar su participación en esa contienda, la cual ganó Bolsonaro.
Brasil interesa al mundo y especialmente a las potencias militares, económicas y tecnológicas, por su extenso territorio -que lo ubica en el séptimo lugar en el planeta-, su crecida población y su condición de la primera economía de América Latina y el Caribe, a lo cual se agrega su posición geográfica estratégica en el sur del continente americano.
En especial preocupa mucho al gobierno de los Estados Unidos, porque Jair Bolsonaro es uno de sus peones más importantes en el subcontinente; sobre todo, después de perder la elección presidencial colombiana la ultraderecha que representaba Iván Duque, otro incondicional y al servicio de la política exterior estadounidense para América Latina.
Lula, como es más conocido el antiguo dirigente sindical, arrancará como favorito para volver al poder brasileño y ponerle fin al ultraderechista gobierno de Jair Bolsonaro, quien sumió a sus gobernados en la miseria y desesperanza, por su desastrosa gestión.
Serán más de 156 millones de ciudadanos los que podrán acudir a las urnas, y ahora, a diferencia de la primera vuelta, en la que participaron 11 candidatos, sólo serán dos, e inevitablemente uno de ellos ganará el 50 por ciento más un voto, necesario para alzarse con la presidencia brasileña.
La izquierda carioca denunció al gobierno de Estados Unidos de intervenir en el proceso electoral en favor de Bolsonaro, a través de diversas organizaciones “fachadas” que financia la CIA.