*Encontró AMLO un sector salud sumido en la corrupción y era mayor en ISSSTE.
De la redacción
El presidente Andrés Manuel López Obrador informó que cuando asumió el cargo encontró un sector público de salud sumido en la corrupción. Junto con el de energía eléctrica y petróleo eran los más corruptos.
En el conjunto de instituciones de esa área gubernamental destacaba por los niveles de saqueo de las finanzas públicas por parte de particulares y funcionarios públicos el ISSSTE, la segunda más importante en el régimen de seguridad social, después del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
De facto, el organismo había sido privatizado y lo controlaban las mafias proveedores de medicamentos, equipos médicos e insumos, y quienes se dedicaban a alquilarles elementos indispensables.
El mexiquense Pedro Zenteno Santaella, director general del ISSSTE, informó que se está limpiando al Instituto, y se ha encontrado fuerte resistencia de los poderosos intereses mafiosos que todavía controlan algunas fases de la cadena de suministro en la institución. Esos intereses ilegítimos están reaccionando para impedir el saneamiento del organismo que se encarga de la seguridad social de los servidores públicos federales en todo el territorio nacional.
La secretaria de Seguridad Ciudadana, a su vez, reveló que desde que se intensificaron los trabajos de limpieza de lo que queda de la corrupción en el ISSSTE se desató una campaña de desprestigio contra éste, financiada por quienes se vieron afectados y lo serán más con la lucha contra la corrupción.
Pagan a medios informativos para difundir información falsa o exagerar fallas, con el fin de intimidar a los encargados de sanear al organismo y evitar que continúe el saqueo, inclusive para recuperar privilegios.
El mayor daño a las finanzas del ISSSTE se daba en la compra de medicamentos, con sobreprecios de hasta el mil por ciento, que corrían a cuenta de intermediarios apoyados o directamente por políticos poderosos, dio a conocer el titular del Poder Ejecutivo Federal.
No obstante, el saqueo de fondos públicos también revestía la forma de la privatización de facto de todo lo necesario para el funcionamiento de las áreas de atención médica a los derechohabientes.
La información oficial indica que mafias poderosas habían convertido al Instituto en simple pagador de facturas por renta de bienes que debería poseer. Les rentaban hasta sillas de rueda para enfermos o adultos mares.
Lo mismo ocurría con las ambulancias, camillas, laboratorios, equipos de tecnología avanzada para estudios y diagnósticos de enfermedades complicadas, además de la subrogación de servicio e farmacia. Se gastaba mucho en medicamentos, pero escaseaban en su farmacia y debían comprarse en las particulares.
