Augusto Lozano Robles
Habría que ‘analizar los análisis’ de gente enterada, quienes antes del “destape” de Alejandra del Moral Vela como virtual candidata a gobernadora por el PRI sostenían que si la decisión la tomaba el expresidente Enrique Peña Nieto con el ex gobernador Arturo Montiel Rojas la abanderada sería Ana Lilia Herrera Anzaldo; pero si el caso lo determinaban Peña Nieto y Luís Videgaray, entonces la postulada sería Alejandra del Moral Vela.
Puede haya sido lo último. Uno de los indicios que apuntan en ese sentido fue el rostro lleno de felicidad que Eruviel Ávila Villegas lució en la reunión posterior al “destape”, sostenida por los ex titulares del Ejecutivo estatal. Ya se sabe que el político, quien vivía en una casa del INFONAVIT en Ecatepec y ahora posee y habita una fastuosa mansión en Lomas de Chapultepec, de la capital del país, es una especie de peón del ex secretario de Hacienda y Crédito Público. Luis Videgaray Caso.
Por otra parte, los cuadros internos del PRI inconformes con la forma cómo se resolvió la lucha interna por la candidatura a gobernadora también especulan con el “destape” de Del Moral Vela, a quien consideran menos competitiva que la diputada federal Ana Lilia Herrera Anzaldo.
Según estos priistas destacados, claramente partidarios de la diputada federal por Metepec, presentar una candidatura débil es otra prueba de que Del Mazo quiere entregar el Estado a Morena. Y también pueda que tengan razón en cuanto a la capacidad competitiva, pero no en que la decisión la tomó el gobernador mexiquense, quien a lo más que pudo llegar fue a ejercer una especie de derecho de veto.
El mandatario no fue capaz en 2018 de imponer a Juan Millán como coordinado del reducido grupo de diputados locales del PRI. El político es su amigo, fue su colaborador cercano y hombre de todas sus confianzas, además, lo sacó de la estratégica Secretaría de Educación, para hacerlo legislador y líder de los diputados del tricolor, pero no pudo. Si no logró ese objetivo, menos influencia pudo tener para hacer candidata a la ex alcaldesa de Cuautitlán Izcalli: la decisión debió tomarse en otra parte.
