*Pocos clubes enseñan a sus futbolistas a pensar y hacer la jugada más útil.
De la redacción
Este domingo 30 de mes se disputará el segundo partido de la final del presente torneo de la Liga MX, entre los equipos de Pachuca y Toluca. En realidad es el último encuentro de las tres minicompetencias que se juegan en un torneo corto.
Ya fue mucho dividir en dos los antiguos torneos, que ni siquiera se conocían como “largos”, porque eran normales, como para que todavía las competencias cortas tengan tres fases, lo cual no se conoce en las ligas más importantes.
Lo peor de todo, es que los equipos mexicanos, salvo unos dos o tres, arrastraron todo el torneo los errores de la pobre calidad de los partidos, y de la falta de contundencia frente al marco rival. Así comenzaron este y otros torneos y así terminaron la etapa regular; es decir, los 17 partidos.
En el repechaje y siguientes fases la situación cambió: hubo partidos, si no bien y brillantemente jugados, sí, emotivos y con futbolistas deseosos de ganar, enjundiosos y esforzados.
Son los mismos que participaron en las 17 jornadas de la parte regular de la competencia, pero ahora sí, inclusive los elementos de los clubes que quedaron en entre el 10 y 12 lugar de la tabla, se desempeñaron bien.
Eso indica que pueden hacer mejor las cosas, pero que los entrenadores no les enseñan técnica, ni dominio de juego de conjunto, ni capacidad para hacer en cada caso la jugada más útil a su equipo. Aquí se ha comentado esta deficiencia, pero no está de más insistir en el problema, porque persiste.
Los técnicos deben trabajar mucho más con sus dirigidos. Lo mismo con quienes integran la defensa, que la media y la delantera. Tienen fallas que serían imperdonables en las ligas europea para quienes cobran como profesionales. Este ineficaz desempeño se extiende a la selección nacional.
Parece que dueños, técnicos, directivos y jugadores de los equipos mexicanos no ven por televisión los juegos de las ligas española, italiana, inglesa o alemana, en las cuales el sentido común de los futbolistas en la cancha y la enjundia están en primer lugar, como lo está la condición física, dominio de los sistemas de juego y eficacia; es decir, todo lo contrario de lo que presenciamos en la mayoría de los equipos de la Liga MX, sin que al parecer a nadie le importe.
No debe olvidarse que el futbol mexicano de primera división es de los que más paga en América Latina, pero que el monto de sus nóminas no se refleja en la calidad de los juegos, porque los dueños de los clubes, los directivos, que son sus empleados y los entrenadores no tienen preocupaciones y mucho menos realizan esfuerzos para elevar el nivel de la calidad de este deporte, lamentablemente.