*La sociedad toluqueña no está acostumbrada a estas demostraciones de violencia.
De la Redacción
El descubrimiento del cadáver decapitado de un hombre en un domicilio de San Mateo Otzacatipan la semana pasada probó una vez más que la Zona Metropolitana del Valle de Toluca padece violencia extrema de la delincuencia organizada, con ejecuciones con saña extrema, desmembramiento de cuerpos, uso de fosas clandestinas para deshacerse de los cuerpos, además de secuestros, extorsiones, cobro de derecho de piso, narcomenudeo, “halconeo”, robo de vehículos con violencia y todas las modalidades de actividades de los criminales organizados, como las desarrollan en las regiones más violentas y sangrientas del país.
Este episodio poco común en la ciudad capital del estado no pasó desapercibido por diversos medios que le dieron cobertura más allá de las secciones de nota roja; para expertos en materia de seguridad, se podría tratar de un caso aislado, sin embargo, reconocen, coincide con un notable aumento en las actividades de la delincuencia, registrado desde hace por lo menos un par de años y que debe llamar la atención de las autoridades para evitar se convierta en una cotidianidad como en otras ciudades.
