MALA ACTUACION DE POLITICOS… La Escalada de la violencia
Jairo A. Tell
Que nadie se llame a sorprendido, cuando la violencia escale a niveles incontrolables, debido a la nula capacidad y preparación de los políticos que pretenden regresar por sus fueros. Me refiero a Alianza por México, que pretende regresar al poder por cualquier medio, importándoles muy poco la seguridad y la tranquilidad del pueblo. Un pueblo que les repudia y aborrece y que ya demostró no estar dispuesto a soportar el saqueo del país, como ha sido durante los últimos 36 años. Estos especímenes representantes de la derecha recalcitrante están acostumbrados a la buena mesa, a los buenos vinos, a los viajes al extranjero, a los autos de lujo, a los departamentos y residencias en zonas exclusivas. También están acostumbrados a robarse el presupuesto sin el menor recato y sin el menor pudor y a que todo mundo les haga caravana. Estos pseudopoliticos, y pseudoempresarios tratan desesperadamente de congraciarse con el pueblo y concitar el apoyo del mismo con bizarras estrategias que rayan en la ridiculez.
Unas veces en el senado y otras tantas en la cámara de diputados dejan de manifiesto sus verdaderas intenciones y el fin último, terminar de una vez por todas con el gobierno de López Obrador y con la cuarta transformación que el tabasqueño encarna. Primero fueron las medias verdades, el ocultamiento y el sesgo a la información, después, el uso indiscriminado de las llamadas Fake News (noticias falsas), para finalmente utilizar la mentira y la calumnia como sistema para debilitar al gobierno en turno. Más de uno se ha quitado la máscara y mostrado su verdadero rostro. Entre ellos encontramos políticos de una gran raigambre arcaica, políticos de medio pelo y verdaderos desconocidos que han tenido sus cinco minutos de fama gracias a la guerra sucia emprendida por los llamados paniaguados. Pero también encontramos a los otrora “vacas sagradas” del periodismo revolviéndose en el estiércol que emana de sus bocas al editorializar mentiras que después difunden profusamente, Jorge Ramos, Joaquín López Dóriga, Carlos Loret de Mola, Carlos Marín, Ciro Gómez Leyva, Javier Alatorre Denisse Maerker, Carmen Aristegui, Sergio Sarmiento, Víctor Trujillo y un cumulo más de pseudocomunicadores a los que nadie los ve ni les cree, ni que decir de los pasquineros obligados a replicar lo que aquellos inventan, acostumbrados a acudir por su dieta en el congreso de la unión, en los congresos estatales, cabildos municipales y porque no ante el poder ejecutivo en sus tres niveles.
Les urge que el sexenio se termine y que un nuevo presidente les brinde todas las oportunidades que este gobierno les ha negado, según ellos. Que decir de los “Intelectuales” orgánicos, les suena Enrique Krause, Denisse Dresser o Héctor Aguilar Camín, pues uno a uno ha ido cayendo como moscas en su afán de congraciarse con la oposición por las recochinas dudas. Ríos de tinta se han gastado para decir y desdecir tal o cual situación, para afirmar y desmentir. Cientos o quizá miles de horas hombre se ha utilizado inútilmente para tratar de desestabilizar a un gobierno que solo se ha dedicado a trabajar y que como el titiritero tiene todos los hilos en la mano, aun cuando varios traidores y faltones pretendieron socavar el proceso de transformación. Poco a poco les gana la partida, porque en la oposición no hay idea, no hay plan y mucho menos proyecto, en el horizonte solo se ven un grupo de gritones faranduleros de cabeza hueca, con una cola muy grande y una lengua viperina. Algunos, verdaderos desechos de otros partidos y otros arribistas y oportunistas que desean ver caer al régimen de la 4T. Una cosa es cierta, López Obrador no es ningún improvisado, es un “viejo lobo de mar” que conoce como la palma de su mano las distintas zonas y comarcas de este bendito país, supo trabajar a ras de tierra codo a codo con la gente, recoger sus inquietudes, y elaborar un plan de trabajo y un proyecto específico para cada región. Su proyecto de nación siempre ha tenido como eje fundamental y centro al pueblo, ese pueblo que le quiere y le idolatra a pesar de los pesares. Andrés Manuel es un caso excepcional en la historia de México y del mundo, y la oposición cada vez más descolorida sigue sin entender que, no entiende, en fin lo harán en el 24.
