El Espectador
El_Espectador_03_Febrero_2014_435
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GOBIERNOS DÉBILES, FUERTES PODERES
FÁCTICOS Y SOCIEDAD DESORGANIZADA
Los grandes problemas del país -inseguridad pública, desempleo, corrupción, impunidad, pobreza, daños ambientales, delincuencia organizada- difícilmente podrán superarse por la conjugación de una serie de factores adversos para los intereses populares, alertó Óscar González Yáñez, diputado local del PT y uno de los cuadros más importantes de la izquierda mexiquense.
“Tenemos gobernantes muy débiles frente a los poderes fácticos, porque carecen de un amplio y decidido apoyo popular, pero muy fuertes ante el pueblo. Y éste se encuentra desorganizado, sin líderes a la altura de las exigencias de estos tiempos. Además, los segmentos activos de la sociedad, están desanimados y cansados de luchar, en una situación inconveniente para la población”, abundó el representante popular.
No obstante, aseveró, la única salida a la problemática nacional y estatal es la organización, la lucha y el establecimiento de la verdadera democracia, de abajo hacía arriba, para obligar a las autoridades a frenar y revertir el fenómeno de la concentración de la riqueza y la expansión de la pobreza, y orientar el desarrollo a favor de las mayorías…
FRAUDE PROCESAL EN 40 MIL
JUICIOS LABORALES: J. BEJO
Más de La mitad de los procesos laborales en el Estado de México están basados en pruebas, testimonios y documentos falsos, que tratan de desvirtuar la justicia, incurriendo en lo que se denomina “fraude procesal”, indicó el Secretario del Trabajo, Javier Bejos.
Esto representa la existencia de 40 mil casos expedientes “viciados” de origen donde alguna de las partes presenta testigos falsos, altera documentos e incurre en otras faltas para ganar los juicios y tratar de obtener indemnizaciones más altas para que ellos [los abogados] puedan llevarse una mayor ganancia como representantes legales.
“Esta iniciativa que celebramos nos da las bases para lo que será los pilares de la nueva justicia laboral en el Estado de México. Más de la mitad de los expedientes que hoy están en las juntas poseen algún tipo de información que no es fidedigna. Estamos hablando de más de 40 mil expedientes en estas condiciones”, subrayó…
Editorial
DEBEN INSTITUCIONES LOGRAR EL
APOYO POPULAR Y FORTALECERSE
En una sociedad civil desorganizada, dispersa, desinformada de las causas de sus problemas y posibles soluciones, y de los alcances de sus derechos ciudadanos y la correspondiente responsabilidad para las instituciones de atenderlos, los gobernantes son generalmente muy fuertes. Los contrapesos legales se ven avasallados por esta realidad.
No obstante, esa fortaleza se expresa frente al pueblo, al cual no le rinden cuentas con transparencia, ni en forma oportuna y suficiente sobre el ejercicio presupuestal y de la eficacia y honestidad en la aplicación de ese gasto; por el contrario, las autoridades fuertes, ante los gobernados, pero sin respaldo popular decidido de éstos, son débiles frente a los poderes fácticos de naturaleza económica y ante los poderes fácticos criminales, como lo probó de sobra el gobierno estatal de Michoacán.
Por eso no se puede estar en desacuerdo con los señalamientos del diputado local del PT y ex dirigente estatal de ese partido, Óscar González Yáñez sobre el tema y de la situación del país, muy comprometida por el excesivo acumulamiento de fuerza de los poderes fácticos, la debilidad de las instituciones y la desorganización del pueblo…
COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
EL COMBATE AL CRIMEN ORGANIZADO DEBE BUSCAR
LA SEGURIDAD Y PAZ: SI NO ES ASÍ, EL ÉXITO NO SIRVE
La estrategia del anterior gobierno federal contra la delincuencia organizada fracasó, como lo sabe hasta un niño de primaria. Tenía como finalidad aplicar la ley a los criminales, especialmente a los organizados en los distintos carteles, pero particularmente a la Familia Michoacana. No pudo desarticular a esta banda delictiva surgida, precisamente, en el estado natal del presidente Felipe Calderón.
Nada más logró el cambio de nombre: ese grupo ahora se denomina los Caballeros Templarios, al mando de muchos de sus anteriores dirigentes y otros incorporados en los últimos tiempos. Lejos de destruirla Calderón, el fortalecimiento de esa banda llegó a tanto que prácticamente suplantó al Estado Mexicano en materia del uso de la fuerza y el cobro de impuestos en varios municipios de la región de Tierra Caliente de Michoacán.
Más daños se ocasionaron entre sí los distintos grupos de la delincuencia organizada en muchos estados del país, en esos sangrientos ajustes de cuentas por el mercado de las drogas, las rutas para el trasiego y las células dedicadas a la venta al menudeo de las sustancias tóxicas prohibidas en la casi totalidad de las ciudades del país.
No obstante, en su momento, sin lógica alguna, el calderonismo habló de grandes éxitos en la lucha contra los carteles. Y entre las pruebas de esos buenos resultados citaba que la eficacia del combate anticrimen había obligado a esos grupos a diversificar sus actividades delictivas, porque las de narcotráfico ya no les procuraban ganancias ni para financiar sus operaciones.
Hubiera sido simplemente anecdótica esa argumentación sin sentido para demostrar el éxito de los operativos anticrimen, si no hubiese constituido más bien una prueba en contrario. Esa diversificación de actividades delictivas no era anecdótica; expresaba el agravamiento del problema de la inseguridad pública, aumento de los delitos y el mayor grado de violencia al cometerse.
El “éxito” de los operativos de los cuerpos de seguridad ocasionó que las células de los carteles de las drogas se dedicaran al secuestro, la extorsión, al cobro de derecho de piso, a la trata de personas, a la piratería, al robo de vehículos, a la privación ilegal de migrantes centroamericanos, a la explotación sexual de mujeres y a la venta de protección a grupos de la delincuencia menor.
En otras palabras, el “exitoso” resultado del combate de Calderón al crimen organizado se tradujo en un aumento de la inseguridad pública, crecimiento de los ilícitos, su mayor gravedad y nuevas modalidades de los mismos, más ejecutados y una mayor sensación de indefensión de la sociedad; es decir, en todo lo contrario de los fines buscados.
No debe repetirse ahora ese error de Calderón. El objetivo fundamental de la lucha contra la delincuencia organizada debe ser el restablecimiento del Estado de Derecho, de las condiciones de seguridad, paz, tranquilidad y el clima social general necesario y suficiente para la convivencia armónica de los sectores de la comunidad nacional, de los estados y municipios; para la inversión productiva y el desarrollo del país. Si eso no se logra, cualquier otro éxito en el combate al crimen de nada sirve. No debe olvidarse.
Interiores
Erosionan condiciones de vida de jubilados pensiones raquíticas y congeladas Pg. 3
Pueden encuadrarse las autodefensas en figura de “defensas rurales” Pg. 5
Falleció Emilio Pacheco, uno de los grandes de la literatura mexicana Pgs. 2 y 11