Se prevén tasas de crecimiento de 1.6 y 2.3% para los próximos dos años.
Gabriel L. Villalta
Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial (BM) para América Latina y el Caribe, afirmó: “la mayor parte de las economías recuperaron sus niveles prepandemia, pero esto no es suficiente, las secuelas de la crisis persisten y deben ser atendidas”.
Y señaló que “además de poner en marcha las reformas e inversiones necesarias para acelerar el crecimiento, los gobiernos deben encarar los costos estructurales: los años de escolarización perdidos, las vacunas no suministradas y el impacto diferido de la inseguridad alimentaria que la recuperación del PIB disimula”.
El organismo internacional calcula que el PIB regional crecerá 3.0% en 2022, una tasa mayor a lo previsto anteriormente debido al alza en los precios de las materias primas.
No obstante, Jaramillo adelantó que la incertidumbre que recorre el mundo como resultado de la guerra en Ucrania, la subida de las tasas de interés, las persistentes presiones inflacionarias impactarán sobre las economías de la región, por lo cual se prevén tasas de crecimiento bajas, en promedio de 1.6% y 2.3% en 2023 y 2024, respectivamente, similares a los bajos niveles observados en la década de 2010 e insuficientes para lograr avances significativos en términos de reducción de la pobreza.