*El PRD fue destruido desde adentro por el oportunista grupo de “los chuchos”.
De la redacción
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) fue el primer intento exitoso de un esfuerzo unitario de la izquierda mexicana, que en el 2006 ganó la presidencia de la República, pero un fraude descomunal orquestado por Vicente Fox Quesada, la ultraderecha empresarial, el PAN y parte de los mandos priistas le dio el triunfo a Felipe Calderón Hinojosa.
“No obstante, el trabajo de la unidad izquierdista abrió las puertas a un grupo de oportunistas, traidores y mercenarios que trabajó antes para Luis Echeverría Álvarez boicoteando y frustrando la construcción del Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT)”, recordó Jorge Iván Frausto Leal, analista de “El Espectador”.
Desde adentro, abundó el también académico, “unos entonces jóvenes Rafael Aguilar Talamantes, Graco Ramírez Abreu y Jesús Ortega, entorpecieron los trabajos organizativos de Heberto Castillo, Demetrio Vallejo, Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca, Eduardo Valle, Romeo González y otros respetables izquierdistas”.
Cuando ya habían generado problemas, explicó, abandonaron el proyecto y con evidente alarde de una disposición de grandes recursos económicos recorrieron el país y formaron el Partido Socialista de los Trabajadores (PST), que después cambió de nombres, pero no el carácter oportunista y mercenario de sus dirigentes”.
Con esos antecedentes, detalló el académico, el grupo se sumó al “Frente Democrático Nacional (FDN), que postuló a Cuauhtémoc Cárdenas a la presidencia de la República contra Carlos Salinas de Gortari en 1988, y que ganó también con fraude, pero otra vez, Aguilar Talamantes traicionó a la izquierda. Reconoció el triunfo de Salinas y se convirtió en detractor de Cárdenas, como ahora lo hace Jesús Zambrano con el presidente López Obrador”.
Alejado de su líder, el grupo participó en la fundación del PRD, pero siempre, como grupo fue desplazando poco a poco a otras corrientes internas, hasta dominar al perredismo nacional, y desde su hegemonía decidir candidaturas, cargos directivos partidistas y administrativos y la jugosa interlocución con el poder, explicó.
“No le importó a ‘Los Chuchos’ perder cuadros valiosos y más bien propiciaron su salida, porque les estorbaban en su entreguismo y mercenarismo, hasta aliarse con el PRI y el PAN en el Pacto por México, que permitió la intervención privada en las industrias petrolera y de energía eléctrica, en otra traición al país y a la izquierda”, resumió Frausto Leal.
“Fue más allá, y después de destruir al PRD, abiertamente, con lo los remanentes de este partido, se pasó al lado de los que se suponían eran sus adversarios ideológicos históricos y está en ‘Va por México’ o cómo sea que se llame en estos días ese grupo”, advirtió.
El editorialista de “El Espectador” recalcó que un grupo interno destruyó desde adentro al PRD, traicionó al PMT, al FDN y a la izquierda mexicana, y alertó: “eso mismo puede pasarle a MORENA en el Estado, por la existencia de un grupo interno hegemónico, quien adicionalmente tiene la agravante de que los grupos están prohibidos en ese partido, y que si no está al servicio del PRI, sin quererlo lo beneficia, porque rompe con la institucionalidad partidista”.
Se comporta en Morena como lo hicieron y hacen “Los chuchos” en el PRD, un cascarón de partido. “El grupo morenista controla de facto la dirigencia estatal y está pensando ya en la distribución de cargos en el Ejecutivo, si gana Delfina Gómez, y en las candidaturas para senadores, diputados federales, legisladores locales y alcaldes, más que en la consolidación de la cuarta transformación en la entidad, aunque la ponga como pretexto”, concluyó el entrevistado.