*Se le considera entre los más nefastos presidentes. *Sería muy difícil extraditarlo.
De la redacción
Carlos Salinas de Gortari, considerado uno de los más nefastos mandatarios mexicanos de los últimos cien años, obtuvo la nacionalidad española, para lo cual adujo tener antecedentes familiares de los sefardíes; es decir, de los judíos expulsados de España por la reina Isabel la Católica, antes del descubrimiento de América. Aprovechó una ley que autoriza a las autoridades de España este tipo de ciudadanización.
El personaje, más que Enrique Peña Nieto, tiene el rechazo y la irritación del pueblo, por romper record en corrupción, entregar empresas públicas y concesiones a sus amigos, empobrecer a la mayoría y enriquecer a la minoría mediante el saqueo de fondos públicos, reprimir, inclusive con ejecuciones a cuadros de la oposición y violar la Constitución en los temas petroleros y energía eléctrica, entre otros abusos.
No obstante, el flamante español ha sido prudente como ex mandatario mexicano. Aguanta todas las críticas, sin responder. Y no emite ninguna crítica o reprobación contra el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Es todo lo contrario de Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y, últimamente, Ernesto Zedillo Ponce de León, quienes sin rubor alguno y más bien con excesivo cinismo, opinan, debaten inclusive sobre temas en los cuales rindieron malas cuentas y dañaron al país, y critican, aunque se disparen al pie.
El ahora español, porque dice tener un ancestro judío expulsado de España en el siglo XV, tuvo una inmensa influencia en los gobiernos panistas y en el del priista Enrique Peña Nieto, y de acuerdo con lo que se ha publicado, sus gestiones en México eran determinantes para el otorgamiento de contratos a gubernamentales corporaciones empresariales.
Su inmensa fortuna acumulada durante su sexenio (1988-1994) y los ingresos por la intermediación citada, que muchos le dicen “coyotaje”, le ha permitido vivir a todo lujo en el viejo continente.
Su condición de español le dará derecho a un pasaporte de su nuevo país, que le permitirá ingresar a 27 países europeos que expiden los llamados pasaportes comunitarios, que no necesitan visas a sus poseedores.
Esto quiere decir que si fuera sujeto a un proceso de extradición por delitos cometidos en México, sería extremadamente difícil que la concediera España; además, su pasaporte le permitirá cambiar de país en el continente europeo, para hacer casi imposible su ubicación y captura, y mucho más, el éxito de una solicitud de extradición.
