*El aumento de las tasas ha beneficiado particularmente a los bancos, en perjuicio de los deudores.
Gabriel L. Villalta
El INEGI dio a conocer que después de meses de continuo ascenso, la inflación dio señales de desaceleración, como lo había anticipado el Gobierno Federal. Datos del instituto muestran que en octubre de 2022, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró una variación de 0.57%, respecto al mes anterior.
Con este resultado, la inflación general anual se redujo a 8.41%, desde el 8.7 registrado en los meses de agosto y septiembre. La escalada de precios fue utilizada por el Banco de México (Banxico) para justificar el aumento en la Tasa de Interés Interbancaria a un día, la cual llegó a 9.25%o el pasado mes de septiembre, el mayor nivel desde 2008, bajo el argumento de que encarecer el crédito frena el consumo y esto limita que los productores y comerciantes incrementen precios.
No obstante, horas después del anuncio del INEGI, el Banxico no aplico la misma lógica y llevó la Tasa de Interés Interbancaria a un nuevo récord de 10.0%, aludiendo que “la inflación global se mantiene elevada y persisten riesgos al alza”. En su comunicado, el banco central estableció que “valorará la magnitud de los ajustes al alza en la tasa de referencia de sus próximas reuniones de acuerdo con las circunstancias prevalecientes”, descartando algún movimiento a la baja.
El Banxico proyecta que hasta el tercer trimestre de 2024 la inflación podría descender a un nivel cercano al objetivo de 3.0%. Entre tanto, en los Estados Unidos, con una inflación de 7.7%, la tasa de referencia se ubica entre 3.75 y 4.00%. A la par del aumento, la banca mexicana, en su mayoría en manos extranjeras, reportó ganancias récord en el tercer trimestre, lo cual evidencia que los progresivos incrementos en la tasa del Banco de México han servido para que los bancos disparen sus ya elevadas ganancias.