LOS MEDIOS INFORMATIVOS DE COBERTURA NACIONAL
TAMBIÉN ARRIESGARÁN MUCHO DINERO EN 2023, AQUÍ
MAXIMILIANO CASTILLO R.
En los espacios de opinión especializados en temas políticos y de gobierno se ha examinado la mezcla de grandes intereses políticos, electorales, institucionales, económicos y hasta delictivos que estarán involucrados y actuantes el próximo año en la elección de gobernador o gobernadora del Estado de México, más allá de la importancia de la entidad por su peso demográfico y ubicación geográfica que abraza por tres de sus cuatro puntos cardinales a la Ciudad de México.
Eso indica la importancia que tiene el territorio estatal por muchas razones, como las de las carreteras que lo cruzan, por las cuales se transportan productos de todo tipo desde y hacia el mayor mercado de América Latina, como lo es la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), desde diversas mercancías hasta drogas, armas y tráfico de personas.
No obstante, el próximo año en las urnas también arriesgarán grandes beneficios económicos los medios informativos impresos y electrónicos de circulación nacional, que tienen en el Poder Ejecutivo mexiquense una fuente de ingreso muy importante, mucho más necesaria porque ha perdido muchos ingresos con las derrotas del PAN, PRI y PRD en elecciones de gobernadores y gobernadoras en los últimos 16 meses, con la consiguiente cancelación o reducción de los montos en contratos de publicidad.
El gobierno del Estado de México, junto con los anteriores de Michoacán, Tamaulipas, Quintana Roo, Oaxaca e Hidalgo gastaban mucho en publicidad, mucho más de lo que reportaban en sus cuentas públicas y los montos autorizados por sus respectivas legislaturas locales, porque efectuaban pagos en efectivo y en especie, difíciles de rastrear, y sin rendir cuentas sobre los criterios y sumas pagadas a medios informativos y periodistas.
Además de los pagos mediante factura, es un secreto a voces que cubren desde siempre igualmente fuertes cantidades en efectivo, que no quedan registradas en las contabilidades gubernamentales, pero benefician directamente y por partido doble a dueños y periodistas, porque evaden impuestos sobre esos ingresos y no los invierten en sus empresas, ni en sus trabajadores, porque sencillamente para efectos fiscales no se reciben.
En estas condiciones, y aun cuando la ultraderecha empresarial ha aportado grandes sumas a los grandes medios de circulación nacional, para defender sus intereses, atacar y debilitar al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, con el fin de generar las condiciones para recuperar sus privilegios en el próximo sexenio, ese dinero no alcanza a compensar lo que dejaron de recibir cuando terminaron sus período Carlos Joaquín, Alejandro Murat, Omar Fayad y Francisco García Cabeza de Vaca; sobre todo, este último, sospechoso de tener vínculos con narcotraficantes.
Ante esta perspectiva, las grandes empresas mediáticas harán todo lo posible para mantener sus ingresos del Poder Ejecutivo mexiquense, lo que sólo lograrán si la coalición “Va por el Estado de México” conserva la gubernatura. Por eso asumirán una intensa y sesgada actividad informativa y analítica favorable a esa alianza y contraria a Morena, por lo que cobrarán, y al mismo tiempo lucharán por sus intereses económicos: perderían mucho dinero con una derrota del PRI y sus aliados.