*Se trata del gasto exclusivo de sueldos y prestaciones de su personal.
De la redacción
El gasto del Instituto Nacional Electoral (INE) en sueldos, prestaciones y otras canonjías de su personal, especialmente de su cúpula, los consejeros, asesores y secretarios particulares y secretarios auxiliares es brutal.
Está fuera de cualquier racionalidad en la aplicación de fondos públicos en un país con grandes carencias y pobreza expandida. De acuerdo con investigaciones de expertos, del 2015 al 2023 los egresos del organismo en el rubro de servicios personales alcanzarán un monto de casi 79 mil millones de pesos.
Dicha suma, aportada por los impuestos que pagamos todos los mexicanos, es más de 15 veces el presupuesto que ejercerá el ayuntamiento de Toluca este año, superior a los 5 mil millones de pesos.
Con esos fondos las autoridades del municipio cuya cabecera es asiento de los poderes estatales deberán atender las necesidades de obras y servicios de una población superior a los 900 mil habitantes.
Así de grandes son los intereses económicos de la burocracia dorada del INE. Además, en los 78 mil 932 millones de pesos no se incluyen los gastos operativos, ni el pago de alquiler de vehículos, equipo de cómputos, que contrata y beneficia a empresas privadas.
Por si fuera poca la irracionalidad en la aplicación de dinero público por las autoridades del organismo electoral, de 2015 a 2023 sólo se efectuarán tres procesos electorales federales, que organizó el INE: 2015, 2018 y 2021.
Consume mucho dinero proveniente de los impuestos de los mexicanos aun cuando no organice elecciones, pues mantiene y paga personal en forma permanente, aunque no organice contiendas electorales.
El INE eroga en 32 organismos electorales dependientes, y que tiene en cada una de las 32 entidades federativas, que sólo desarrollan actividades sustantivas cada tres años, cuando hay procesos electorales federales.
El organismo, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), los partidos opositores al presidente Andrés Manuel López Obrador y la ultraderecha empresarial se oponen resueltamente a que se disminuya el presupuesto del INE y considera un atentado a la democracia cualquier intento de darle racionalidad al destino de los fondos públicos.
La mayoría de los consejeros del INE, y en forma particular el consejero presidente, Lorenzo Córdova y Ciro Murayama están convertidos en opositores y detractores del presidente de la República, de Morena y de la cuarta transformación. Hacen suyas las críticas de los partidos opositores y de la ultraderecha empresarial.