*Hay posiciones de cancha escriturada a jugadores foráneos: los delanteros.
De la redacción
La selección mexicana de fútbol fue eliminada del Mundial Qatar 2022 por falta de goles, prueba de que no hay atacantes letales, porque aun cuando jugó mal, generó oportunidades de anotar, pero sus hombres de área no supieron aprovecharlas, y eso ocasionó la eliminación.
Por su parte, la defensa, que había cometido muchas fallas en l eliminatoria y en los juegos de preparación, recibió tres goles en tres partidos. No fue mucho, pero los delanteros fallaron, como se esperaba. Así de mal anda el futbol nacional.
Su deficiencia fue más notoria en el juego contra Arabia Saudita, cuando por oportunidades frente al marco pudieron anotar no solo un gol para pasar a la siguiente fase, sino dos o tres más, porque el rival dio facilidades y generó la pregunta de cómo pudo ganarle a Argentina.
El representativo del balompié nacional jugó mal durante todos los partidos de la eliminatoria de la CONCACAF y en los juegos de preparación, que por cierto, por primera vez éstos últimos casi todos fueron jugados fuera del país. En estas condiciones era difícil en extremo hacer buen papel en el Mundial Qatar 2022.
En “El Espectador” somos enemigos del “lo dijimos primero”, pero desde antes que terminara la etapa de preparación sostuvimos que no debía esperarse un brillante papel de la selección, y así lo pensaba un alto porcentaje de los aficionados, de acuerdo con encuestas de este medio informativo.
No sorprende el fracaso, extraña más bien que ahora se critique mucho a la selección por haber fracasado, cuando casi no había aficionado que antes de su primer partido pensara que se podía superar la fase de grupo.
Comentamos igualmente (incluso en la nota principal de la sección deportiva) que por primera vez la selección mexicana iba a participar en un Mundial sin buenos delanteros, porque no convocaron a Javier “Chicharito” Hernández, Carlos Vela no quiso formar parte del equipo mexicano y Raúl Jiménez no estaba en condiciones de rendir en una competencia de tanta exigencia.
El jugador de la liga inglesa, aun cuando recibió el alta médica, lo grave era que no tenía la condición física, ni técnica, mucho menos dominio de balón y visión de campo por el largo tiempo que estuvo sin jugar, aunque entrenaba, lo cual se demostró cuando no controlaba el balón, lo que antes hacía con eficacia. Debe reconocerse su enjundia y deseos de hacer bien las cosas.
Fueron pocos los seleccionados mexicanos que rindieron, entre ellos destacó Luis Chávez, un joven mediocampista del Pachuca; además de Hirving Lozano, que puso varios balones a modo, pero fueron desaprovechados por los delanteros. Otros tienen fama, pero ya no son lo que fueron, y en esas condiciones no podían aportar mucho y contribuyeron al fracaso.
Gerardo “Tato” Martino tuvo mucha culpa, porque no cumplió con su obligación de diseñar un buen sistema de juego y e obligar a sus jugadores a dominarlo y aplicarlo. Cada quien jugó como pudo, sin acoplamiento con sus compañeros.
No obstante, la mayor culpa recae en los dueños y directivos de los equipos de la Liga MX, porque la selección refleja el desorden que caracteriza al futbol mexicano, de lo que el no descenso y no ascenso es sólo un ejemplo. Gastan en jugadores extranjeros y no impulsan a sus fuerzas básicas. La posición de delantero parece escriturada a favor de foráneos, por lo cual no hay buenos atacantes en el representativo nacional, como se vio en el Mundial Qatar 2022: faltaron goles.