ABANDONO DE LA LACTANCIA
MATERNA, INDUCIDO Y GRAVE
SE IMPUSIERON FÁCILMENTE LOS INTERESES DE LA
PODEROSA INDUSTRIA ALIMENTARIA GLOBAL
El 70 por ciento de las madres lactantes no acostumbra ya amamantar a sus bebés. En lugar de alimentarlos con su leche, recurren al consumo de sucedáneos o fórmulas caras y de bajo poder nutricional. Se impusieron los intereses; es decir, las excesivas ganancias de la poderosa industria alimentaria global.
Sólo el 30 por ciento de la población infantil se alimenta con leche materna, y apenas durante un período promedio de 6 meses, cuando lo recomendable es que la consuma hasta cerca de los dos años de edad, dado que se trata de un alimento ideal por sus grandes propiedades nutricionales: no sólo nutre, sino también fortalece el sistema inmunizante y acelera el proceso cognitivo de los pequeños y pequeñas.
El problema del abandono de la lactancia materna preocupa inclusive a la agencia de la ONU, especializada en la atención de los problemas de la niñez y la infancia, que está recomendando fomentar la lactancia materna y revisar contenido y propiedades nutritivas de las fórmulas con que se está alimentando a recién nacidos y recién nacidas en el mundo entero.
En el contexto de la implantación del neoliberalismo, en la mayoría de los países y especialmente en México, se facilitaron las campañas propagandísticas destinadas a presentar como mejores que la leche materna a los sucedáneos. Se puso en vigor una norma sanitaria laxa, que permitió esas campañas engañosas cuyo objetivo fue el de arraigar la creencia en las familias de que las fórmulas nutricionales para bebés eran mejores que la leche materna.
La industria alimenticia mundial sólo pensó y actuó por conveniencia, pues el consumo de sus fórmulas para alimentar bebés representa un inmenso mercado que le genera ganancias excesivas, a costa del gasto de los padres de familia, a cambio de la mala alimentación de la infancia.
Nada más es de imaginar lo que representa el monto global del dinero destinado a la adquisición de sucedáneos de leche materna, para el consumo en México del 70 por ciento de la población lactante. El porcentaje crece al pasar los años, y eso ocurre en la mayoría de los países, por lo que los ingresos de las corporaciones empresariales especializadas en este tipo de alimento se incrementan.
La insensibilidad de los capitales globales especializados en alimentos para bebés llegan a tanto que con tal de ganar cada vez más sumas inimaginables, no les importa afectar a esta población recién nacida, que al privarse de la lactancia materna y nutrirse con las fórmulas lácteas quedará expuesta a ser vulnerables ante padecimientos diversos, porque los sucedáneos de la leche materna no tienen propiedad para inmunizarlos.
Gastaron mucho dinero para convencer a los padres de familia de que sus productos eran mejores que la lactancia materna, y arraigaron esta creencia en los mismo pediatras, que desde hace años recomiendan alimentar con las fórmulas alimenticias, en lugar de la leche materna.