*Entre el 12 y el 15 de este año el banco dejó sin dinero a asalariados.
De la redacción
El aldeanismo generalizado de los alcaldes que pagan para que consultoras mercenarias o “patito” realicen encuestas en las cuales salen bien calificados por sus gobernados, y después hacen otros pagos para difundir esos resultados, así ocurre con Banorte.
Entre el 12 y el 15 de este mes esa institución bancaria, propiedad de Carlos Hank González o Hank III, que espera utilidades netas por 45 mil millones de pesos este año, dejó sin dinero a los asalariados, a quienes les maneja sus cuentas de nóminas.
Sus cajeros automáticos no tuvieron dinero, por lo que las familias trabajadoras afectadas tuvieron que endeudarse con familiares y amigos para comprar alimentos para sus hogares.
El problema se agravó porque generalmente la paga de los trabajadores es baja y ese monto no es suficiente para acudir a hacer retiro a las ventanillas, pues Banorte también elevó ese mínimo necesario para que el cliente sea atendido por su personal, cajeros y cajeras.
Por si fuera poco, también disminuyó el número de empleadas y empleados, al grado de que hay momento en que sólo atiende una persona a todos los que necesitan efectuar operaciones de ventanilla.
Es decir, Banorte ahorra a costa del mal servicio para sus clientes que deben cambiar cheques o hace retiros de tarjeta de débito por montos que rebasan los diez mil pesos en efectivo.
Hay ocasiones en que el ahorrador que necesita dinero sonante y contante debe hacer filas para esperar a que otros usuarios depositen en efectivo, para poder hacer retiros, en un banco que gana al año cifras multimillonarias.
A pesar de estas deficiencias, que no sanciona ninguna autoridad competente, Banorte fue premiado como el “Banco del año”, por una publicación denominada “The Banker”, por colocar en el centro de sus esfuerzos al cliente.
Parece burla o como que el banco del nieto del exgobernador Carlos Hank González incurre en las mismas maniobras aldeanas de muchos alcaldes, porque columnistas conocidos por cobrar a corporaciones difundieron ampliamente ese reconocimiento, que sólo por desconocimiento o dinero pudo otorgar la publicación internacional, porque definitivamente no hacen uso de sus servicios.
