REFORZARON MEDIOS INFORMATIVOS SU
POSICIÓN OPOSITORA A AMLO: CASO CIRO
MAXIMILIANO CASTILLO
La senadora Lily Téllez, que ganó el escaño por el liderazgo del presidente Andrés Manuel López Obrador y ahora es una de las más irracionales, grosera y ofensiva del gobierno insultó hace poco a senadores y senadoras de MORENA.
Les llamó perros, hienas, arrastrados, lambiscones y otros epítetos más, que nada tenían que ver con el tema del debate. En respuesta, una legisladora morenista le repitió aquella vieja sentencia de que para tener la lengua larga debe tenerse la cola corta, y que no era el caso de Téllez.
Insinuó que la ex senadora de Morena y ahora perteneciente a la bancada del PAN había traicionado a una amiga, a quien le quitó el marido, y a manera de burla, le dijo que su amiga agraviada le mandaba saludos.
En su programa de Telefórmula, Ciro Gómez Leyva se lanzó contra las senadoras morenistas. Los acusó de bajeza, de no respetar la vida privada de las personas y las descalificó con otros términos. Defendió con vehemencia a la senadora Téllez.
En un comportamiento faccioso, dijo que las legisladoras de MORENA rebajan el debate, que debe ser de altura. En contrapartida, ni una sola crítica hizo al nivel del debate que introdujo su defendida, que llamó perros, hienas, arrastrados y lambiscones a los integrantes del partido que la llevó al escaño senatorial; es decir, a sus ex compañeros.
Poco después el periodista, que además presta sus servicios a Olegario Vázquez Aldir, en Imagen Noticias, llamó desfiguros, falta de respeto del presidente López Obrador, al comentar que la oposición tiene 38 aspirantes a la candidatura presidencial. También expuso el mandatario que en la lucha por el poder deben atender tres factores: la organización política o coaliciones de partido, el candidato o candidata y el programa de trabajo que presente.
Gómez Leyva se puso furibundo y dijo que eso era lo mismo de lo que tanto se quejó el presidente cuando era opositor y específicamente lo que dijo era igual a cuando en 2006 se puso en marcha la campaña sucia que presentó al tabasqueño como un “un peligro para México”, cuyo spot estaba casi permanentemente en las pantallas de televisión. Evidentemente la comparación no cabe.
Esa campaña la pagaron los grandes empresarios del país, especialmente las corporaciones más poderosas, y lo hicieron ilegalmente, porque desde entonces estaba prohibido que los particulares pagaran propaganda a favor o en contra de partidos y candidatos, lo que nada tiene en común con los “destapes”.
Es la misma posición de muchos periodistas cuando comparan el dinero recibido por los hermanos del presidente López Obrador y René Bejarano. Los tres casos la presunta corrupción no suma tres millones de pesos, pero dicen que es igual a la de cientos de miles de millones de pesos anuales que representaba la corrupción del pasado. Todo acto de corrupción es condenable, pero lo es más el que causa mayor daño, lo que deliberadamente omiten los detractores de López Obrador.