FEDERACIÓN Y ESTADO DEBEN
MANTENER LA COORDINACIÓN
LA LUCHA POR EL EJECUTIVO NO DEBE AFECTAR
EL TRABAJO CONJUNTO EN SEGURIDAD PÚBLICA
Por su crecida población, lista nominal de electores, ubicación geográfica y por la clase política dominante desde 1929, la lucha por la gubernatura mexiquense siempre es la más importante de todas las entidades federativas, aunque es un mito eso de que quien gana el Estado de México se alza con la presidencia de la República del siguiente año.
En “El Espectador” se ha analizado desde hace años esa creencia sin sustento y documentada su falsedad, pero al margen de ese simplismo de muchos analistas políticos que proceden con simpleza, lo que sí, es real es la importancia que tiene el Estado para los grandes intereses políticos, económicos, electorales nacionales.
Con el debido respeto, la elección de la gobernadora o gobernador mexiquense no es lo mismo que la lucha por el Poder Ejecutivo de Coahuila, que se decidirá en las urnas el mismo primer domingo de junio, como la de aquí, pero no interesa mucho fuera de sus límites territoriales.
Tan sólo en materia presupuestal, el Estado de ejercerá el próximo año 356 mil millones de pesos, por 64 mil millones de pesos de Coahuila, cuya población es de 3 millones 147 mil habitantes, por 17 millones de quienes se asientan en el Estado de México. Las diferencias son abismales y explican la atención que acapara el proceso electoral de aquí.
En estas condiciones, no es irresponsable sostener desde ahora que la contienda comicial mexiquense será ríspida, por los grandes intereses de todo tipo que estarán en juego el 4 de junio próximo. Quien gane la gubernatura mexiquense ejercerá un presupuesto global de 6 años superior a los 2 billones de pesos.
Las campañas electorales generan fricciones, y más surgirán ahora, porque el PRI sólo tiene tres gobiernos estatales. Las dos entidades que tendrán elecciones en junio y Durango, donde el PAN le cedió el gobierno, pues gobernaba esa entidad y no postuló candidato propio, pero en todo caso perder el Estado de México, aun ganando Coahuila, le representaría gobernar menos de 6 millones de personas en el país; es decir, la tercera parte de la población mexiquense.
Por esta realidad, las condiciones de los vínculos interinstitucionales podrían ser impactadas por la contienda. Existirá el riesgo de que la coordinación del gobierno federal con el estatal se vea afectada, lo que debe evitarse; sobre todo, la que existe en materia de seguridad pública. Urge que se mantenga, porque ha permitido reducir la mayoría de los tipos de delitos de alto impacto.
La inseguridad pública es el problema que más perjudica a la sociedad, que así lo siente, según todas las encuestas, de ahí que la lucha por la gubernatura no debe interferir en la coordinación de los gobiernos federal y estatal en la entidad.