COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
SU CARACTERÍSTICA DE MOVIMIENTO ABIERTO E
INCLUYENTE, FORTALEZA Y DEBILIDA DE MORENA
Morena y sus aliados gobiernan 22 estados del país, en una expansión acelerada, sin precedente en México; sobre todo, si se toma en cuenta que todavía hace 5 años no gobernaba una sola entidad federativa. El PRI nació en 1929 en y desde el poder, mientras el PRD gobernó por primera vez una demarcación estatal después de décadas de lucha y de sufrir represión, pues su antecedente fue el Partido Comunista Mexicano (PCM), fundado en 1919.
El PAN tuvo que esperar desde 1939 hasta 1989 para poder ganar una gubernatura y todavía son muchos los mexicanos convencidos de que en realidad Carlos Salinas de Gortari le regaló el Poder Ejecutivo de Baja California en el último año de referencia; es decir, su avance y consolidación requirió de mucho tiempo y de abandonar principios, para ser favorecido por el PRI de Salinas de Gortari.
En cambio, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), obtuvo su registro a mediados de 2014 y en sólo 4 años ganó la presidencia de la República y casi todas las gubernaturas que estuvieron en disputa en los últimos 8 años. Le ayudó mucho su carácter incluyente, de puertas abiertas. Ese fue el factor que le permitió obtener amplio respaldo a sus causas, pero al mismo tiempo ahora constituye uno de sus potenciales riesgos para la consolidación y larga vida de la cuarta transformación.
Su apertura fue aprovechada por oportunistas, arribistas, ambiciosos, antidemócratas, corruptos y, sobre todo, por enemigos de Morena, de su fundador y verdadero líder, el presidente Andrés Manuel López Obrador y de la cuarta transformación, para debilitarlos desde sus propias filas. Los infiltrados, algunos ya abiertamente antimorenistas, son los que más daños le están haciendo; sobre todo, en el ámbito mediático, donde la prensa opositora les da voz y proyecta sus imágenes.
Son muchos estos casos, pero los más ilustradores son los del senador Germán Martínez Cázares y de la senadora Lily Téllez, quienes lograron meterse a Morena, ser candidatos y triunfar, para después retomar su antigua posición ultraderechista y sumarse a las campañas de desprestigio, basadas en mentiras, calumnias y ofensas al propio mandatario. Es el mismo caso de Carlos M. Urzúa, quien fue el primer secretario de Hacienda y Crédito Público del lópezobradorismo, ahora furibundo crítico, cuya posición ultraderechista no le pide nada a los miembros de la organización que dirige Gilberto Lozano.
El ejemplo más reciente de infiltrados y ambiciosos es el de Ricardo Mejía Berdeja, ahora subsecretario de Seguridad Pública, quien buscó la candidatura de Morena para gobernador de Coahuila, y no pudo conseguirla. Dejó el cargo en el gobierno federal y logró que el PT lo postulara para mandatario coahuilense. No ganará, pero le hará mucho daño electoral al partido del presidente López Obrador, que si ya vencer al PRI, PAN y PRD representaba un reto gigantesco en ese estado norteño, ahora con el exfuncionario en contra será extremadamente difícil que su candidato, el senador Armando Guadiana Tijerina, logré su cometido.
Los ambiciosos, traidores e infiltrados siguen en Morena y no debe descatrarse que en el futuro se repitan los Mejía Berdejas, que se incorporaron a Morena para ver qué provecho sacaban. Es el mismo caso del senador Martínez Cázares, que retomó su ultraderechismo a partir de que o fue postulado para gobernador de Michoacán.
Otros oportunistas que no son postulados siguen en Morena, pero no apoyan con todo a quien resulta candidato o candidata, porque no sienten, ni viven las causas por la que lucha Morena, sino que buscan satisfacer sus ambiciones. Ese puede ser el caso del senador Ricardo Monreal Ávila, quien al decir del dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, es más opositor al presidente de la República que el priista senador Miguel Ángel Osorio Chong.