*El problema fue superado, y la Federación brinda ya apoyo adicional.
De la redacción
El reducido grupo de servidores universitarios y empresas “fantasma” involucrados en los actos de corrupción conocidos genéricamente como “Estafa Maestra” no sólo dañaron injusta, irresponsable y severamente la imagen y prestigio de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx); también la afectaron de otras formas.
Con la imagen de universidad corrupta, que no lo es, sino lo fue un pequeño grupo de funcionarios, la Federación dejó de entregar respaldo presupuestal a la Máxima Casa de Estudios mexiquense y de encargarle trabajos, por lo cual y en conjunto la institución dejó de recibir unos 2 mil 500 millones de pesos, sostuvo el titular del Órgano Interno de Control (OIC), Victorino Barrios Dávalos.
La “Estafa Maestra” consistió en contratos firmados entre la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), cuando la encabezó Rosario Robles Berlanga y universidades e institutos de educación superior, inclusive con un sistema de radio y televisión estatal, para prestación de servicios.
El problema es que esos contratos fueron traspasados a empresas particulares, algunas de las cuales ni siquiera existían, pero recibieron los pagos, que se repartían con los mandos de la SEDESOL.
Se trataba de un mecanismo planeado para saquear fondos federales, con la agravante de que eran de programas sociales destinados a apoyar a los segmentos sociales más vulnerables, por sobrevivir en condiciones de pobreza y pobreza extrema. A esa población perjudicó la “Estafa Maestra”, pero también a la comunidad universitaria.
Muchos miles de millones de pesos fueron saqueados, y entre las universidades públicas que participaron figuró la UAEMéx, aunque en realidad se trataó solo de un pequeño grupo de funcionarios y empresarios corruptos, lo cual no se explicó cuando estalló el escándalo. Se dañó el prestigio de la institución en su conjunto.
La buena imagen y prestigio de la Máxima Casa de Estudios se restauraron, pero le llevó tiempo lograrlo y también una cuantiosa pérdida por los apoyos que dejó de recibir de la Federación, precisamente por lo que hizo un reducido número de servidores universitarios, aseveró el titular del OIC.
Por eso, subrayó el funcionario de UAEMéx, no deben tolerarse más actos de deshonestidad, porque costó mucho esfuerzo restaurar el prestigio e imagen de institución honesta y de alta calidad de la educación que imparte.
Barrios Dávalos explicó que lo que sí ya no podrá recuperarse son esos recursos que la Federación dejó de otorgar a la UAEMéx por varios años, tras el involucramiento de un pequeño grupo de servidores universitarios y empresarios corruptos.