*La detención de “huachicoleros” es frecuente en el norte del Estado.
De la redacción
El robo de combustible en el norte del Estado se incrementó en los últimos dos años, con la protección de elementos policíacos; sobre todo, en las regiones de Atlacomulco, Jilotepec y la zona rural norte de Toluca, además de los límites con Hidalgo y Ecatepec, donde hasta en domicilios existían tomas clandestinas..
La localización de vehículos cargados de gasolinas y diésel robados, generalmente abandonados por quienes los utilizaban, generó sospechas respecto de la decisión de los delincuentes de renunciar a las ganancias garantizadas con la venta del producto.
El fiscal general de Justicia del Estado de México, José Luis Cervantes Martínez, sin ser su intención, proporcionó información que explica el aumento de la actividad “huachicolera” en los municipios citados.
Entre los cerca de 360 policías de la Fiscalía dados de bajos, algunos de los cuales fueron objeto de carpetas de investigación, algunos son señalados de brindar protección o participar en el robo de combustibles, reveló Cervantes Martínez. La recuperación de gasolinas robadas creció en los últimos meses, al igual que la detención de delincuentes en flagrancia.
Durante el anterior sexenio federal el robo de combustible ocasionó daños a petróleos mexicanos (PEMEX) por cientos de miles de millones de pesos, por los más de 80 mil barriles diarios de gasolinas y diésel robados.
El mayor porcentaje de esos volúmenes se extraía desde el interior de las refinerías, especialmente de las de Tula y Salamanca, por parte de funcionarios de la empresa pública, por lo cual ahora varios de ellos andan prófugos.
El robo de gasolinas y diésel se redujo a entre 4 mil y 6 mil barriles diarios, pero persiste; sobre todo, en los estados de Hidalgo y México. Y en la entidad mexiquense la actividad delictiva se concentra en los municipios del norte y del Valle de México colindantes con la vecina entidad hidalguense. .
La localización frecuente de vehículos cargados de combustibles robados y abandonados generó cosecha de que desde el interior de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México y de la Secretaría de Seguridad estatal se informaba a los delincuentes cuando estaban a punto de ser detenidos con la carga ilegal y, para evitar las detenciones, abandonaban y perdían los vehículos y los combustibles robados generalmente con pipas o camionetas de redilas.
Lo mismo ocurre con las bandas dedicadas al robo de vehículos, particulares o cargados de mercancía robado: cuando los autores están a punto de ser capturados por policías, dejan las unidades, porque quienes conocen los operativos les avisan del peligro policíaco, lo cual confirma la información del fiscal.
Los grupos delictivos se quedaron sin protección, por ello tanto en la FGJEM como en la SS existe la certeza de que con la renuncia de policías corruptos los delitos de este tipo se reducirán en los próximos meses.