*Hank inventó al “grupo” en 1981; fue cacicazgo, frente a presidentes autoritarios.
De la redacción
(Primera parte)
Sólo con mucha ingenuidad, ignorancia o afán de opinar sin bases puede sostenerse que un grupo caciquil priista regional podía imponer candidatos a la gubernatura en los tiempos del más acendrado presidencialismo autoritario. Y no se necesita ser Bobbio, Sartori o Gramsci, para entenderlo, destacó el académico Jorge Iván Frausto Leal, editorialista de “El Espectador”.
Al analizar el discurso opositor centrado en críticas a la corrupción de un “Grupo Atlacomulco”, sinónimo de corrupto, dijo que la corrupción fue y es de una clase política estatal priista, integrada por diversos subgrupos que han gobernado con una alta corrupción, con pocas excepciones, al Estado desde Isidro Fabela hasta la fecha, pero que no son un grupo con origen y sede en esa ciudad del norte del Estado.
Empero, recordó, esa corrupción no es distinta a la practicada por otras clases políticas tricolores de todos los estados que han gobernado, aunque no lleven el apelativo de una región. Y la diferencia de los actuales grupos priistas mexiquenses y los anteriores consiste en que a los de antes podían señalárseles muchos vicios, comenzando por el de la corrupción, pero tenían cercanía con la población y les resolvían problemas, y los de ahora, no.
El último gobernador con aquellas características fue Arturo Montiel Rojas, precisó Frausto Leal, porque, explicó, a partir de Enrique Peña Nieto de lo que inexactamente se le dice “Grupo Atlacomulco” sólo quedó la corrupción, así se tratara de un hombre nacido en Ecatepec y de origen pobre, como Eruviel Ávila Villegas o de uno nacido en la bonanza económica, como el actual mandatario o el que vive en un exilio dorado en España: Enrique Peña Nieto.
Los últimos tres mandatarios estatales priistas se alejaron del pueblo y desatendieron sus necesidades colectivas, por lo cual éste los abandonó y ahora el PRI necesita de los votos de sus antes adversarios ideológicos para intentar con posibilidades de éxito conservar la gubernatura y cumplir 100 años gobernando la entidad.
Desde Peña Nieto dejaron de fundirse con los gobernados, pusieron barreras físicas para evitar el contacto directo, no realizaron giras, ni dieron audiencias públicas como antes. Por eso, el Palacio de Gobierno está desierto siempre (como se informó en las páginas de “El Espectador”), prueba clara de que se abandonó el trato con el pueblo, pero se mantuvo la corrupción, reiteró el académico.
Al retomar el tema del “Grupo Atlacomulco”, el entrevistado sostuvo que fue un invento del ex gobernador Carlos Hank González, difundido y arraigado después de que junto con el entonces mandatario Jorge Jiménez Cantú fracasaron en su pretensión de hacer candidato a la gubernatura a Juan Monroy Pérez y no tuvieron fuerza para impedir la postulación de Alfredo del Mazo en 1981. Además, con su conocida habilidad política, el profesor se adjudicó la jefatura del citado “Grupo”.