*La condena de cárcel, de entre 20 años y cadena perpetua, se dictará el 27 de junio.
De la redacción
Genaro García Luna, hombre poderoso e intocable como secretario de Seguridad del entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa, será condenado el 27 de junio próximo en Estados Unidos. Si bien le va, recibirá una sentencia de 20 años de cárcel; de irle mal, será condenado a cadena perpetua; es decir, morirá en la cárcel.
Fue declarado culpable en Nueva York por un jurado de 12 miembros, que consideró acreditados los 5 cargos graves de los cuales lo acusó la fiscalía, y van desde pertenecer a una empresa criminal permanente, hasta mentirle a autoridad del vecino país, cuando solicitó su residencia permanente en suelo estadounidense.
Entre los delitos de los que García Luna fue encontrado culpable también figuran los de conspiración para importar cocaína y para introducir la misma droga específicamente a los Estados Unidos, como parte del “Cartel de Sinaloa” y protección al “Cartel de los Beltrán Leyva”, desde que era titular de la Agencia Federal de Investigación (AFI) en el gobierno de Vicente Fox Quesada.
El juez de la causa, Brian Cogan, fijará la pena de cárcel a quien fue poderoso sin límite junto a Calderón Hinojosa, pero no resolverá ya si es culpable o inocente, porque eso lo determinó el jurado la tarde del día 21 de este mes, y su fallo es inapelable por parte de la defensa del ex secretario de Seguridad.
La cárcel como destino es inevitable y sólo falta saber cuántos años serán de condena, en un final que nunca imaginó cuando acumulaba una inmensa fortuna y acariciaba el sueño de ser presidente de la República.
Varios de los testigos de cargo fueron quienes le pagaron sobornos y a quienes apoyo, protegió, inclusive brindó respaldo para ejecutar a enemigos y les permitió decomisar drogas, que luego participaba en su reparto, según declararon.
Lo hundieron y convencieron al jurado de la veracidad de sus testimonios, en lo que fue un fracaso y trágico final para García Luna y su defensa, porque no pudo desvanecer uno sólo de los 5 cargos.
Tampoco sirvió la defensa mediática que, inexplicablemente, asumieron muchos de los periodistas famosos de México. No se escandalizaban por estar García Luna sentado en el banquillo, acusado de proteger a la delincuencia organizada, cuyo combate era su obligación, sino porque los testigos eran criminales, siendo que precisamente estaba acusado de recibir sobornos de criminales, no de seminaristas.
En el juicio se comentó que el exfuncionario y hombre de confianza de Felipe Calderón compró silencio y elogios a su persona de medios informativos y columnistas, y la defensa, finalmente inútil, que éstos asumieron aquí, hace creíble el testimonio, desafortunadamente.
