GARCÍA LUNA Y MINISTRA ESQUIVEL, DOS VARAS
DE MEDIDAS DE LA PRENSA; DEFENSA Y ATAQUE
MAXIMILIANO CASTILLO R.
Con diferencias de un día, los grandes medios informativos mexicanos volvieron a evidenciar sus políticas informativas y analíticas facciosas, desprovistas de objetividad, profesionalismo y claramente determinadas por intereses ajenos por completos a los de sus lectores y de la sociedad en general.
Periódicos diarios, noticieros de televisión y radiodifusoras sostuvieron meses antes de finalizar el 2022 una rabiosa campaña en contra de la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Yasmín Esquivel Mossa. Sin pruebas contundentes, sin darle el derecho constitucional a la presunción de inocente, la consideraron plagiaria de su tesis con que obtuvo su título de licenciada en la segunda mitad de la década de los ochenta del siglo pasado.
La embestida fue feroz, y todos los periodistas de los medios informativos de circulación nacional la calificaron de plagiarias y hubo algunos que llegaron a la ruindad de llamarla delincuente. En el fondo buscaron exitosamente cancelarle sus posibilidades de ganar la presidencia de la SCJN, donde el poder económico y mediático, al servicio del primero tienen grandes intereses, y la consideran estratégica para su lucha contra el presidente Andrés Manuel López Obrador, Morena y la cuarta transformación.
Una vez liquidada sus aspiraciones de encabezar la SCJN, en los últimos días la ministra Esquivel está de nuevo en medio de ataques irracionales, porque solicitó amparo y obtuvo en un juzgado de la materia la suspensión del acto reclamado, consistente en que su caso no fuera examinado por una comisión especial creada por la UNAM en 2017, y para que no se difundiera información sobre su caso, mientras no se resolviera. Aduce agravios, porque dicha comisión tendría jurisdicción retroactiva, ya que examinaría un caso ocurrido 30 años antes.
Otra vez, los mismos medios y periodistas y personajes de oposición que la calumniaron a finales del año pasado se lanzaron con todo, con el argumento de que por ser ministra no tiene derecho a recurrir al amparo, cuando ocupar ese cargo no la priva de sus derechos individuales, y no actúa como funcionaria del poder judicial, sino como ciudadana. Lorenzo Córdova, como autoridad electoral recurrió a un amparo ante el Poder Judicial para que siguiera cobrando más que el presidente de la República, lo que sí, está prohibido por la Constitución. Y nadie se escandalizó.
Este comportamiento de la prensa frente al caso Esquivel contrasta con el trato dado al caso Genaro García Luna, sometido a juicio en Estados Unidos por formar parte del “Cartel de Sinaloa”. Casi todos los medios informativos y periodistas lo defendieron. Reclamaron respeto a su derecho de presunción de inocencia y descalificaron a los testigos de cargo, por ser criminales, siendo que, precisamente, lo acusan de haber recibido sobornos multimillonarios en dólares de criminales. No podían ser monjitas testigos de cargo.
Los medios informativos y periodistas mexicanos defendieron a García Luna, acusado de criminal, y calumniaron a la ministra Esquivel, por un plagio que le hicieron a sus investigaciones para tesis. En su caso no hubo presunción de inocencia, ni importó que el plagiario confesara que plagió.