PODERÍO Y MEZQUINDAD DE LOS
CONGLOMERADOS EMPRESARIALES
ES LA NATURALEZA EN LA NUEVA FASE DEL
CAPITALISMO MUNDIAL: CASO FARMACÉUTICAS
Pasada la etapa más virulenta y de alta letalidad de la pandemia de Covid-19 están saliendo a la luz comportamientos mezquinos de los poderes fácticos económicos globales, que en este caso expusieron la naturaleza depredadora del capitalismo en su fase actual, deshumanizada e irracional.
El comportamiento de las 7 más grandes corporaciones de la industria farmacéuticas del mundo durante la pandemia no podría ser más condenable y preocupante: prefirieron seguir acumulando ganancias excesivas a suspender temporalmente el derecho de patentes para permitir el uso de sus fórmulas en la producción de vacunas a bajo costo y salvar vidas en países pobres. Nada de esto se habla.
Privilegiaron el lucro a costa de la muerte de millones de habitantes de los países pobres, donde por falta de fondos públicos no se tuvo acceso con oportunidad a los inmunizantes. Las pérdidas de vidas pudieron ser mucho menores si las empresas farmacéuticas hubieran atendido las solicitudes de las instituciones de salud.
De acuerdo con información estadística de organizaciones especializadas en el análisis de la economía de los países y el mundo, las 7 más grandes corporaciones dominantes del mercado de los medicamentos tienen en conjunto activos por más de 961 mil millones de dólares; es decir, más de 20 billones de pesos.
Esa fortuna global de las farmacéutica es superior al producto interno bruto (PIB) anual de 180 países; es decir, si fueran una nación, ocuparían el lugar 17 de las cerca de 200 economías nacionales del mundo. Así de inmensa es la riqueza acumulada por 7 corporaciones de la industria en cuestión, como descomunal es su mezquindad.
Por la pandemia sus ganancias adicionales a las que habían previsto ante del problema sanitario mundial sumaron entre 5 billones 700 mil millones de pesos y 5 billones 900 mil millones de pesos, y aun así no quisieron cooperar con los esfuerzos de los estados nacionales destinados a producir vacunas anticoid-19 a bajo precio. No suspendieron la vigencia de sus patentes.
La mezquindad, insensibilidad social y falta total de solidaridad fueron muy grandes, pero lo más preocupantes es que esa posición forma parte de la naturaleza depredadora del capitalismo global en su actual fase, y particularmente del capital financiero mundial, hegemónico en el sistema conocido como economía de mercado o neoliberalismo.
No hay otra explicación al hecho de que los dueños de activos por 20 billones 100 mil millones de pesos estén empeñados en seguir acumulando ganancias, a costa de lo que sea, incluyendo la salud y vida de miles de millones de seres humanos de los países pobres, que murieron por covid-19, al no tener sus gobiernos dinero para comprar vacunas anticovid-19. Esta situación no puede ser tranquilizadora.