*Ganadores de concurso sobre Atlas de Género, investigaron en 4 municipios.
De la redacción
Personal docente y de investigación del Centro Valle de México de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) ganaron el primer lugar del concurso de Ensayos Académicos sobre Atlas de Género del Estado de México, detectó en su estudio que mujeres de Tlalnepantla, Naucalpan y Atizapán de Zaragoza, que sufren violencia familiar, no tienen acceso a leyes e instituciones que atienden el problema.
El equipo triunfador del certamen convocado por Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de México (COMECyT) y la Secretaría de la Mujer, integrado por Gabriela Morales Vega, Celina Álvarez y Heriberto Casarrubias, destacó que las instituciones responsables de resolver este tipo de problemas tienen sedes en Toluca, Ecatepec y Cuautitlán Izcalli.
Desde esta situación los datos estadísticos permitirían a las autoridades tomar decisiones, por ejemplo, sobre dónde ubicar los centros de justicia para mujeres, y explicaron que para su trabajo “identificamos que la violencia familiar era especialmente recurrente en estos municipios y empezamos a explorar los datos. Nos dimos cuenta de que a pesar de que existe normatividad e instituciones encargadas de prevenir y dónde denunciar y combatir este tipo de violencia, éstas resultan inaccesibles para las mujeres que radican en los municipios de nuestro estudio, pues las instituciones más cercanas están ubicadas en Cuautitlán Izcalli, Toluca y Ecatepec”.
Y a partir de la información tan detallada que tiene el Atlas, pudieron determinar el tiempo y costo que implicaría para una mujer acudir a los centros de justicia para mujeres, recalcaron.
“Realmente resulta incosteable porque al menos necesitan dos o tres medios de transporte público y una inversión de 60 pesos para ir y 60 para regresar, mientras que el ingreso promedio de los hogares mexiquenses es de tres mil 700 pesos mensuales”, advirtieron.
El Atlas, subrayó Morales Vega, nos dejó ver situaciones como ésta, sobre eso escribimos el ensayo y a los dictaminadores les pareció interesante, que nuestro trabajo cumplía con el objetivo y era útil para lo que ellos hacen.
Consideró que el objetivo del ensayo fue visibilizar la utilidad de los datos, pero también permitiría plantear propuestas concretas con respecto a los diversos rubros abordados en el Atlas: pobreza, población, educación, etnicidad, violencia y salud, por ejemplo. Podríamos, detalló, “repensar cómo hacer más accesibles las instancias a las mujeres. Los centros de justicia pueden estar muy bien, pero son insuficientes para la gran mayoría de las mujeres. También puede exhortarse a las autoridades a llevar un registro adecuado de las denuncias y las carpetas de investigación, de las quejas, porque también nos encontramos con que existen subregistros.
De igual manera, podrían homogeneizarse los documentos y sistemas a través de los cuales se registra toda la información para que también el atlas sea mucho más confiable”. Este tipo de trabajos puede servir para tender ese puente que siempre se dice que se quiere tender entre la academia y la política, pues la función social de la academia es contribuir a solucionar problemas que afectan a la sociedad, subrayó Morales Vega, quien consideró importante socializar los datos del Atlas de Género del Estado de México, así como difundir su utilidad, entre la propia comunidad universitaria y las autoridades municipales.